Nueva York se hunde por culpa de sus rascacielos
Un grupo de investigadores ha esbozado unos datos sorprendentes tras realizar un exhaustivo estudio.
Un reciente estudio elaborado por tres oceanólogos de la Universidad de Rhode Island, en colaboración con un geólogo del USGS Moffert Field, han descubierto que el gigantesco peso que el suelo de Nueva York tiene que soportar, está provocando que la ciudad se hunda poco a poco.
El estudio, publicado en la revista Earth's Future, Pei-Chin Wu, Meng Wei, Steven D'Hont y Tom Parsons calcularon la masa de los edificios de la ciudad neoyorquina y procedieron a calcular cuánto podría hundirse de forma natural durante los próximos años.
Durante los últimos tiempos, los científicos han notado que las ciudades que se encuentran en la costa están hundiéndose paulatinamente como consecuencia de los enormes asentamientos de estas. Uno de los ejemplos es la ciudad de Nueva York, que ya arrastra un severo hundimiento durante los últimos años y seguirá haciéndolo en el futuro.
Un campo no estudiado
Pero en este sentido, el riesgo de las zonas costeras es mayor al de las zonas de interior, ya que el cambio climático y su consecuente subida del nivel del mar, está provocando que este suba de nivel a un ritmo cada vez más rápido.
Esto ha provocado que todos los informes y estudios acerca del hundimiento de ciudades, solo se centren en el cambio climático, pero hay muy pocos o ninguno, que hayan estudiado el impacto del peso de los edificios y su influencia en este fenómeno.
Por este motivo, los científicos consideraron que era necesario realizar uno en el que se tuviera en cuenta este factor. Para ello, estimaron el peso de todos los edificios y los sumaron, algo que dio una cifra de 764.000.000.000 kg.
Entre uno y dos mm cada año
Posteriormente, dividieron la ciudad en una cuadrícula de 100 x 100 con el objetivo de calcular la presión que ejerce todo ese peso como consecuencia de la gravedad y añadieron ese peso al peso natural del suelo de la ciudad. A esto le sumaron factores como el hundimiento del mundo real en las últimas décadas o factores importantes como el número de lagos de limo y arena.
El resultado sorprendió, aunque no en demasía, a los investigadores, que llegaron a la conclusión de que la ciudad se hunde entre uno y dos milímetros por año. Junto a este dato, también detectaron que hay zonas que se encuentran con mayor riesgo que otras: como por ejemplo, los suelos ricos en arcilla, pero también al contrario, ya que descubrieron que los rellenos artificiales son más propensos a hundirse que los depósitos de arena o rocas, que es muy improbable que lo hagan.