Medio Ambiente alerta de la llegada de una oleada de mariposas de polilla

Medio Ambiente alerta de la llegada de una oleada de mariposas de polilla

Su aumento amenaza con nuevas defoliaciones en los bosques de boj, especialmente en Navarra, mientras las autoridades buscan frenar su expansión.

Un bosque navarro, seco, afectado por la plaga de la polilla de boj.Gobierno Foral de Navarra

En las noches de otoño que están por llegar en Navarra, el paisaje navarro podría verse alterado por una postal inusual: nubes de mariposas revoloteando bajo la luz de las farolas o acercándose a las ventanas iluminadas. La protagonista de este fenómeno, la polilla del boj, una especie exótica e invasora que en los últimos meses ha devastado gran parte de los bosques de la región. Según los técnicos del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, apoyados por sociedad pública navarra de gestión ambiental GAN-NIK, desde finales de 2023 se ha registrado un "aumento importante" en áreas de más de 20 kilómetros de zonas boscosas en regiones como Aoiz, Longuida, Urraúl Bajo y Lumbier.

Las primeras señales que se detectaron de este problema en Navarra llegaron con la aparición masiva de orugas que, alimentándose de las hojas del árbol de boj, han dejado un paisaje desolador en tierras navarras. Los técnicos advierten que lo peor está por venir: en las próximas semanas, esas orugas darán paso a una oleada de mariposas, cuyo vuelo nocturno será especialmente visible en las zonas afectadas. Estas polillas, atraídas por las luces artificiales, se desplazarán por la noche recorriendo grandes distancias, según ha señalado el Gobierno de Navarra en un comunicado.

Pero esta situación no ha tomado por sorpresa a las autoridades. Este año, se ha puesto en marcha un proyecto en el que, apelando a la colaboración ciudadana a través de un voluntariado ambiental, se realizará un seguimiento exhaustivo de situación y la evolución de la especie en la comunidad. Gracias a una red de trampas y al análisis de los datos que han obtenido los voluntarios y los técnicos del Departamento de Medio Ambiente, se ha logrado dibujar un mapa detallado sobre la expansión de la polilla, "lo que nos permite estudiar mejor el comportamiento de la especie y anticipar su impacto", explican.

Un problema difícil de combatir

La polilla del boj, llegada a Europa en 2007 desde Asia, se ha expandido rápidamente por el continente europeo hasta llegar en 2015 a la Península Ibérica. En la Comunidad Foral su avance ha sido irregular: aunque sus efectos se perciben de forma cíclica y en función de las condiciones meteorológicas, las zonas más húmedas de Navarra han sido las más afectadas, de acuerdo con el Diario de Navarra.

Combatir la plaga en espacios abiertos es prácticamente imposible. Aunque en jardines y parques públicos se han aplicado ya tratamientos biológicos con bacteria, efectivos a pequeña escala, estos métodos no son viables en los vastos bosques navarros. "No son métodos selectivos y pueden afectar a otras especies animales, lo que puede generar un impacto ambiental no asumible a gran escala", ha advertido el Ejecutivo foral.

Pese a la gravedad de la situación, los técnicos no tiran la toalla y toda su esperanza sobre la mejora de la situación está depositada en la resiliencia de los bojedales navarros que ya han sufrido el ataque y donde la plaga de la polilla ha actuado con menor intensidad. Ahí, se ha observado cierta capacidad de recuperación de los bosques, en los que se han visto algunos brotes que sugieren una regeneración parcial del follaje. Sin embargo, en cuanto a los casos más graves, el daño ha sido irreversible.

El Gobierno de Navarra, consciente de la complejidad de la solución a este problema, han puesto en marcha varios ensayos de control biológico y se han fomentado acciones para encontrar depredadores naturales, como pueden ser las aves insectívoras, que ayuden a frenar la expansión de la polilla de boj por todo el territorio navarro.

Mientras tanto, los expertos coinciden en que los daños naturales seguirán yendo a más en Navarra, especialmente a corto plazo, una vez se produzca la eclosión de mariposas prevista para las primeras semanas de octubre. No obstante, los científicos indican que, con el paso del tiempo, es probable que se alcance un equilibrio biológico entre la polilla del boj y las especies autóctonas, lo que podría reducir el impacto de futuras plagas.