Las vacas hacen frente a la sequía: descubren un método para aprovechar el agua de la leche
Un innovador proceso desarrollado en Francia podría poner solución al impacto negativo de las sequías en el mundo agrario.
Las sequías continuadas en gran parte de los países europeos, y que, en especial, golpea cada cierto tiempo de forma severa a nuestro país, podrían paliarse -en su justa medida- gracias a una técnica novedosa desarrollada en una ciudad francesa, Saint-Malo.
En esta localidad, lugar donde se produce y distribuye una marca de yogures de primera calidad, que recibe el nombre de la ciudad, se ha llevado a cabo un innovador proceso por el cual se obtiene la conocida como "agua de vaca", (juego de palabras en inglés, donde vaca es 'cow', al igual que "condensado de suero"), mediante la deshidratación de la leche producida por las propias vacas.
Actualmente, esta agua se utiliza para lavar los camiones cisterna encargados de recoger la leche, pero el objetivo es que en poco tiempo se pueda utilizar para otros fines de mayor utilidad, especialmente en el contacto con alimentos.
Aunque para ello es necesario que se continúen realizando análisis y pruebas que se ajusten a las regulaciones regionales y locales que garanticen que no hay riesgos para la salud pública. Además de yogures la empresa también produce leche entera en polvo para ser vendida a fabricantes de chocolate y bollería.
Según explican, para conseguir este polvo, la leche se inyecta en un tubo vertical de acero, llamado concentrador, donde el agua es separada de la grasa, las proteínas, la lactosa y las sales minerales presentes en la leche, que se recuperan en forma de concentrado, que posteriormente se seca y se tritura hasta convertirse en polvo.
De acuerdo con las palabras del director del proyecto, Xavier Macé, con cuatro litros de leche se pueden liberar un litro concentrado y tres litros condensados y esto es lo que se define como "agua de vaca".
Supondría una gran reducción en el gasto de agua
Pese a los avances conseguidos, las autoridades francesas y los órganos regulatorias todavía no han dado el visto bueno definitivo, y continúan revisando toda la información referente a los resultados y análisis realizados. Esto se debe a que en Francia también se pretende dar luz verde a la utilización de aguas residuales en las plantas depuradoras de las fábricas con este fin, por lo que la prevención de los riesgos es prioritaria.
Con estas decisiones, se espera reducir la presión sobre el agua potable, que por lo general, es uno de los asuntos que más disputas y controversia genera entre los agricultores, particulares y el sector industrial, y que además, podría servir para reducir enormemente la factura de agua, ya que se estima que solo en la fábrica de Saint-Malo se utilizan hasta 20.000m cúbicos de agua de vaca al año, que podría resultar mucho más rentable para la compañía.
Macé asegura que todavía no se han conseguido las inversiones necesarias, y avisa de que es un proceso que "no se puede hacer de la noche a la mañana, ya que hay que potabilizar el agua por completo". Todo el proceso está siendo seguido atentamente por la OMS y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), órganos que ya señalaron el pasado año que la iniciativa cuenta con un "gran potencial para explotar diferentes depósitos de agua reutilizables".