La superanomalía en los ojos de los osos polares que le permite vivir rodeados de nieve
Es uno de los carnívoros terrestres más grandes del mundo.

El oso polar puede considerarse como uno de los animales más enigmáticos que pueden encontrarse en la Tierra debido tanto a sus hábitos de vida como a sus peculiares características físicas, que le han convertido en uno de los carnívoros terrestres más grandes del mundo.
Con un físico verdaderamente potente -los machos pueden llegar a pesar 750 kg-, los osos polares son, además, muy inteligentes. Estos animales han sabido adaptarse en el difícil entorno del hielo marino del Océano Ártico y dependen del océano para su alimentación y hábitat, por lo que son la única especie de oso que se considera mamífero marino.
Fruto de esta adaptación al entorno, los osos polares tienen una membrana nictitante, o "tercer párpado", una telilla transparente o translúcida que actúa como "gafas de sol" y los protege del fuerte reflejo producido por la luz y la nieve de su hábitat. Así, cada ojo contiene una membrana que los protege contra los destellos, según ha informado el medio Ambientum.
De esta forma, el tercer párpado reduce la cantidad de radiación UV que entra en sus ojos, protegiéndolos de la ceguera de la nieve: la pérdida temporal de la visión causada por el brillo de la luz reflejada por grandes superficies de nieve o hielo.
Además, este sirve para protegerlos del frío que tienen en su hábitat. Y no solo eso, también le permite ver mientras nadan bajo el agua.
En su gran mayoría, los osos polares pueden encontrarse al norte del Círculo Polar Ártico, llegando hasta el Polo Norte. Pero este no es el único lugar donde hay ejemplares, ya que también están presentes en la Bahía de Hudson, en Canadá, Alaska, Groenlandia, Rusia y zonas de Noruega, aunque la zona más apta para su supervivencia es el Polo Norte.
Al igual que ocurre con numerosas especies, la pérdida de su hábitat constituye la principal amenaza para su supervivencia. Esta es la consecuencia directa del cambio climático y el rápido calentamiento del planeta, que provocan que los oso se vean obligados a pasar más tiempo en tierra.