El mar Caribe engulle la primera isla por la subida del nivel del mar

El mar Caribe engulle la primera isla por la subida del nivel del mar

Sus habitantes, los guna, se convierten en los primeros desplazados climáticos de Panamá y desde su nuevo enclave, en tierra fime, lucharán por preservar su cultura.

Vista aérea de la isla Gardi Sugdub, en el Caribe panameño.Matias Delacroix

El tantas veces postergado traslado de una comunidad indígena desde una pequeña isla del Caribe panameño a tierra firme comenzó finalmente de manera oficial el pasado 3 de junio, una mudanza que cuenta con el apoyo del Gobierno y que la población local celebró tras verse obligados a abandonar su hogar por el hacinamiento y el aumento del nivel del mar por la crisis climática. "Hoy es un día de fiesta de nuestra comunidad", señalaba hace una semana el shayla (jefe indígena guna) José Deivis en una rueda de prensa oficial desde la isla Gardi Sugdub, ubicada en el Caribe panameño.

Esta mudanza, la primera en el país por la crisis climática, tiene como destino la nueva barriada de Isberyala, próxima a la costa en tierra firme, que fue inaugurada oficialmente por las autoridades panameñas el pasado 29 de mayo con la entrega de las llaves de sus nuevos hogares a unas 300 familias. "Estamos un poco tristes, porque dejamos atrás las casas en las que hemos vivido toda nuestra vida; el mar donde pescamos, donde nos bañamos y a donde vienen los turistas. Pero el agua está hundiendo la isla poco a poco", cuenta a Associated Press Nadín Morales, una joven de 24 años, que se está preparando para mudarse con su madre, su tío y su novio, tal y como recoge la web Onet.

"Estamos un poco tristes, porque dejamos atrás las casas en las que hemos vivido toda nuestra vida; el mar donde pescamos, donde nos bañamos y a donde vienen los turistas. Pero el agua está hundiendo la isla poco a poco", cuenta a Associated Press, Nadín Morales, de 24 años, en declaraciones que se está preparando para mudarse con su madre, su tío y su novio.

El archipiélago de Guna Yala, también conocido como San Blas, está conformado por 365 pequeñas islas caribeñas que están casi al nivel del mar. Allí habita el pueblo guna, una de las siete etnias indígenas de Panamá, donde viven sobre todo de la pesca y, en los últimos años, también del turismo. Las islas principales, aquellas más cercanas a tierra firme, están sobrepobladas con casas muy precarias, algunas construidas sobre el mar sin agua potable y con luz eléctrica intermitente producida con generadores. Cuando llueve, las calles estrechas se inundan.

Ahora se han visto forzados a trasladarse a tierra firme porque esas islas corren el riesgo de ser tragadas por el mar, convirtiéndose oficialmente en los primeros desplazados del país por la crisis climática. Según el Gobierno, para 2050 el nivel del mar aumentará entre 0,56 y 0,76 metros, lo que provocará la desaparición de algunas de las islas en Guna Yala.

En marcha la 'Operación Dulup'

Hace una semana, el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y el Servicio Nacional Aeronaval (Senan) de Panamá ayudó a los habitantes de la isla de Gardi Sugdub a movilizar sus pertenencias a más de 1.350 gunas hasta la nueva barriada por medio de lanchas rápidas. "Lo que buscamos es salvaguardar la vida de las familias que viven en esta isla, que son víctimas de los embates del cambio climático y el nivel del mar", explicó el comando Oriel Ortega, uno de los que está a cargo del traslado.

Esa movilización, nombrada como Operación Dulup (langosta, en lengua guna), durará al menos tres días -hasta el próximo 6 de junio - y está dividida por sectores de la isla. Para ello, las autoridades panameñas han empleado 160 unidades, 30 lanchas y 30 todoterrenos.

Las nuevas casas de los Guna se encuentran en Nuevo Cartí, en la costa de Panamá.Matias Delacroix

El proyecto de la nueva barriada, ideado en 2010, comenzó en el año 2017, pero no se materializó hasta el pasado miércoles, con una inversión total de 12,2 millones de dólares, cuando fue inaugurado por el presidente panameño, Laurentino Cortizo, con la entrega oficial de las llaves de sus nuevos hogares a las familias.

A ese lugar, con una extensión de 14 hectáreas, se mudan 300 familias que cuentan con una pequeña casa de material prefabricado de 40,96 metros cuadrados, con dos habitaciones, salón-comedor, baño y lavandería, en un terreno de 300 m2. Además, la barriada dispone de un nuevo colegio para más de 650 estudiantes y una casa tradicional para establecer el Congreso local, con el fin de mantener las tradiciones autóctonas.

Sin embargo, hay quienes como Herculano Lombarto, de 63 años, se niegan a abandonar su casa del todo y optan por vivir de manera intermitente entre ambos lugares. Tiene un negocio en la isla que abastece de comida y bebida a las lanchas que a diario transportan a turistas. "Aquí (la isla) es un lugar económicamente activo por el turismo. Los negocios funcionan bien. Allí es nuevo, aún no funciona económicamente. Seguramente con el tiempo saldrán más negocios", señala a la Agencia EFE.

El hacinamiento también ha apresurado su salida de Gardi Sugdub: las familias viven abarrotadas en esas precarias casas, levantadas con madera y un techo se zinc, a lo que se suma la basura repartida por toda la isla, incluso en el mar.

Según han admitido distintos habitantes de Gardi Sugdub, las inundaciones en esa isla se registran desde tiempo "ancestrales". Pero la sobrepoblación ha empeorado la situación en la isla, de calles laberínticas y casas precarias.

"La marea sube y baja, siempre ha aparecido así. Pero ahora es que poco a poco se va a inundar, pero tardará algunos años. Las casas se inundan cuando coinciden la marea alta y las lluvias", señala el comerciante Lombarto. Según él y otros vecinos, fue la misma comunidad de Gardi Sugdub la que propuso el planteamiento de vivir en tierra previo al proyecto del Gobierno, que lo materializó. "Los gunas venimos de la tierra, no del mar. Aquí fuimos desplazados. Ahora volvemos a nuestros orígenes", alega.