El ataque mortal de Algeciras: un sangriento trayecto de 500 metros con machete en mano
Todo lo que se sabe hasta el momento sobre el suceso que dejó un sacerdote muerto y cuatro heridos en dos iglesias de Algeciras (Cádiz) y que la Fiscalía de la Audiencia Nacional investiga como un presunto ataque terrorista.
El ataque mortal en dos iglesias de Algeciras (Cádiz) que se saldó con un sacerdote muerto y cuatro personas heridas en la tarde del miércoles ha conmocionado a la sociedad española y, especialmente, a la de esta localidad gaditana donde el presunto autor de los hechos, Yasine Kanjaa, causó el terror en lo que se convirtió en un trayecto sangriento de 500 metros.
Aunque la Fiscalía de la Audiencia Nacional ya investiga este suceso como un presunto ataque terrorista de índole islamista, de momento, desde el Ministerio de Interior han pedido cautela. El propio ministro, Fernando Grande-Marlaska, ha llamado a esperar al desarrollo de la investigación para determinar la naturaleza del ataque. Lo ha hecho desde Estocolmo, donde
Con todo, este jueves se han conocido o confirmado varios datos relevantes sobre la persona detenida, el joven de 25 años de nacionalidad marroquí. Kanzaa se encontraba en España en situación irregular y estaba en trámites de expulsión para retornar a su país desde junio. Y, según ha adelantado El Mundo, ya había estado bajo control policial, pero al carecer de antecedentes policiales los agentes solo podían proceder a su vigilancia.
En este sentido, el presunto autor de los hechos había llegado a lo localidad gaditana en verano y su actitud "esquiva" sumada a las características del barrio en el que se instaló hicieron que entrase en el radar policial. Según el citado medio, jugaron un papel clave su "afán" por ocultarse cuando había agentes presentes, así como su actitud, con miradas "agresivas" a las patrullas en un entorno marcado por el tráfico de drogas, explotación sexual o inmigración irregular.
Medio kilómetro machete en mano
Kanzaa, presuntamente recorrió una distancia de unos 500 metros, medio kilómetro en el que se topó con distintas personas agrediéndolas. “Creo que yo he sido su primera víctima. Él es marroquí y yo también; no sé qué problema tiene”, ha relatado a El País un joven marroquí de 20 años que vive en la misma calle que el arrestado, aunque no se conocían. Se lo encontró mientras Kanzaa se dirigía de una parroquia a otra y asegura que le propinó un puñetazo por detrás.
“Le vi que empuñó el machete, pero no llegó a sacarlo”, añadió el supuesto agredido, quien había estado relatando por videollamada lo ocurrido a su familia ante la puerta de su casa. Sin embargo, antes de que Kanzaa, presuntamente, perpetrase el ataque mortal, protagonizó una serie de enfrentamientos y discusiones que fueron el preludio de lo sucedido.
“Cogió el Evangelio y comenzó a decir que eso no valía”, contó a El País Raúl Ocaña, residente del barrio de San Isidro y hermano mayor de la Hermandad del Medinaceli, y testigo de la primera vez que el presunto autor irrumpió en la iglesia de San Isidro, a las 18.30 horas. "La encargada le pidió respeto y que se fuese de allí”, añadió el cofrade quien indicó que Kanzaa se marchó y el oficio religioso pudo comenzar a las 19.00 horas, como estaba previsto.
A esa misma hora, es cuando el presunto asesino estaba golpeando a su joven compatriota marroquí. “'Tú trabajas para la majía'”, asegura al citado medio que le espetó el arrestado. “Estaba movido, mirando, cómo iba a matar a una persona”, insistió, admitiendo que echó a correr.
De nuevo, y según lo relatado por Ocaña, a las 19.20 fue cuando Kanzaa regresó al templo de San Isidro, esta vez vestido con chilaba y ya portando el machete, gritando contra los asistentes y contra el propio párroco, Antonio Rodríguez, cuando éste se encontraba en los últimos compases de la misa, dando la bendición final.
Cuando el sacerdote salesiano trató de expulsarlo, supuestamente, Kanzaa le dio un golpe en la parte de atrás del cuello con el machete. “Un enfermero y un guardia civil que son de la cofradía le dieron la primera atención. Le intentaban taponar la herida porque era muy grande”, explicó Ocaña, que llegó alertado por el aviso del ataque justo en ese momento.
Posteriormente, es cuando Kanzaa accede a la Iglesia de Nuestra Señora de La Palma en la céntrica Plaza Alta de Algeciras donde, tras causar diversos destrozos, atacó al sacristán Diego Valencia, quien logró salir del templo, siendo alcanzado por el atacante en el exterior. Fruto de esas heridas, fallecía después.
El entorno de Kanzaa
Kanza residía con otros dos jóvenes en una vivienda ocupada situada en la calle de Sevilla de la localidad gaditana, que anoche fue registrada por la Policía Nacional que también interrogó a otras personas de origen magrebí que no han sido, por el momento, detenidas.
“Era conocido por los vecinos que ese piso estaba ocupado, aunque a él no lo conocíamos”, aseguró Raúl Ocaña a El País, sobre el entorno en el que habitaba el marroquí de 25 años detenido. Desde Interior han confirmado que no se investiga a ninguna persona más en relación con el ataque mortal.
Aunque no contaba con antecedentes policiales de ningún tipo ni en España ni en otros países de la Unión Europea, sí estaba en el punto de mira de las fuerzas de seguridad debido a su radicalización, según las mismas fuentes, si bien desde el Ministerio del Interior señalan que no estaba "siendo seguido por agentes de información o de otros grupos policiales, ni en los últimos días ni anteriormente".