Los políticos chupan rueda del rey
Hoy en el Congreso, tanto el Gobierno como el resto de partidos seguían boquiabiertos tras la intensa jornada que se marcó ayer el monarca, dejando claro que puede tener mayor peso político del que se le atribuye. La discusión entre diputados es si se está excediendo en su papel o no.
Hoy en el Congreso, tanto el Gobierno como el resto de partidos seguían boquiabiertos tras la intensa jornada que se marcó ayer el monarca, dejando claro que puede tener mayor peso político del que se le atribuye. La carta llamando a la unidad y la rapidez en visitar el domicilio de Carrillo, han dejado sin aliento a la clase política. La discusión entre diputados en los pasillos del Congreso es si se está excediendo en su papel o no. ¿Se está adelantando el Rey a la clase política? ¿Les está pisando la calle?
Ni Rajoy ni Sáenz de Santamaría han querido apoyar públicamente la carta de Juan Carlos. Lo cual resulta incomprensible. El lunes por la tarde, bajo la onda expansiva de la dimisión de Esperanza Aguirre, cuando el presidente y el Rey se reunieron en la habitual audiencia, el monarca le enseñó la carta, Rajoy la miró y se la devolvió sin tocar una coma.
Ambos consideraron que preservar la unidad de España está dentro de las atribuciones del Rey, para lo que Zarzuela se amparan el artículo 52 de la Constitución. Sin embargo, la ligereza con la que el presidente dio su beneplácito no es compartida ni tan siquiera por todo su equipo de Gobierno. Sólo en el off the record se atreven a manifestar sus reservas sobre si era el momento oportuno. La consigna es no contestar a la prensa. Los únicos que se pronuncian son Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Rajoy, al que le parece "muy bien" que el Rey recupere su sitio, Montoro, quien asegura que "el Rey está haciendo su papel", y José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, para el que el Rey "como jefe de Estado tiene que ir siempre por delante".
"EL REY HACE COSAS QUE ANTES NO HACÍA"
En los corrillos, la versión oficial da paso a una inquietud. "El Rey está haciendo cosas que antes no hacía, o que se nos había olvidado que hacía. No creo que sea tanto por competir con los políticos sino como por reconectar con la ciudadanía", reflexiona Cristina Narbona, ex ministra de Zapatero. Claro, que el mero hecho de que el monarca esté logrando su objetivo de aproximarse a la gente mientras los políticos se alejan cada vez más, ya genera ciertas reticencias. El ejecutivo lleva una semana mudo, como si siguiera en estado de shock tras la marcha de la Diada. Mañana Artur Mas se reune con Rajoy en Moncloa, y según fuentes de su equipo, tratará de tomar las riendas de la política interior, aparcada ante la negociación del rescate.
Los socialistas han optado por el mutis. Sencillamente, porque si ellos hubieran estado en el Gobierno "esa carta nunca hubiera salido. La culpa no es del Rey, sino de Rajoy, pero no queremos decir nada y enrarecer aún más la situación" argumenta un parlamentario de peso, experto en los entresijos de La Moncloa por su largo oficio.
Con nombres y apellidos, Soraya Rodríguez, portavoz del PSOE, habla por todo el grupo: "Claro que nos preocupa la pulsión secesionista o como lo llaméis. Nos preocupa la situación en Catalunya y el malestar creado en la ciudadania, pero sobre la carta del Rey no vamos a decir nada. Ni a comentar tampoco".
Lo contrario que Rosa Díez, la líder de UPyD, que mantiene que el Rey "lo ha hecho bien, frente a todos los partidos nacionalistas y de izquierda, salvo el silencio del PSOE. Lo que me preocupa es que Rajoy minimice el problema de esta clara "pulsión nacionalista", y así se lo he dicho. El señor Rajoy me preocupa más y más por Mas".
Algún diputado con sentido del humor sugiere que más que criticar al Rey, lo que la clase política necesita es una campaña de rehabilitación de imagen como la que se ha montado el Monarca.
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