La salud mental y la mujer: se puede hacer más y mejor
10.000 menores de veintidós años al año son madres en la ciudad de Nueva York. Cuando me lo dijeron, casi me da un pasmo. Estamos hablando de Nueva York, no estamos hablando de un país en vías de desarrollo donde las mujeres no tienen acceso a políticas de natalidad ni información sobre las relaciones sexuales. Hablamos de la capital económica del mundo y de la ciudad más populosa de Estados Unidos.
Foto: ISTOCK
10.000 menores de veintidós años al año son madres en la ciudad de Nueva York. Cuando Nitzia Logothetis me dio el dato, casi me da un pasmo. Estamos hablando de Nueva York, no estamos hablando de un país en vías de desarrollo donde las mujeres no tienen acceso a políticas de natalidad ni información sobre las relaciones sexuales. Hablamos de la capital económica del mundo y de la ciudad más populosa de Estados Unidos.
Nitzia es la presidenta de la Fundación Seleni, una organización sin ánimo de lucro especializada en la salud metal de las mujeres, sus necesidades desde que se quedan embarazadas, apoyo a éstas mujeres cuando tienen a sus pequeños, y apoyo a todas aquellas mujeres que sufren de depresión. La Fundación cuenta con un centro asistencial con capacidad para atender hasta 300 mujeres a la semana. Mujeres de todas las clases sociales, de los cinco distritos de la ciudad y que, literalmente, no tienen a donde acudir. La salud metal sigue siendo uno de esos tabúes que no somos capaces de romper. La depresión es una lacra que no se enfrenta, que se esconde en las familias "da igual el origen, sencillamente no se habla de ello, y si me apuras, se intenta esconder", asegura Nitzia.
Esta mujer, madre de tres niños, griega-británica y residente en Nueva York es el vivo ejemplo de la esperanza. "En mi familia ha habido casos de depresión que han terminado fatal por no enfrentarse a ello, porque nuestras culturas no lo quieren asumir como la enfermedad que es", explica. Por ello decidió aplicar sus conocimientos en psicología y psicopedagogía para intentar cambiar lo que tenía más cerca de ella: ayudar a las mujeres en riesgo de exclusión social por su condición mental provocada por un sinfín de motivos, entre ellos la maternidad, el aborto, la juventud en el embarazo, la depresión post parto, etc.
En Seleni trabajan 25 profesionales que ayudan a estas mujeres a salir adelante con acciones que van desde las terapias profesionalizadas hasta la búsqueda de empleo y la reinserción en la sociedad. Su trabajo ha sido tan espectacular que le dieron recientemente el Premio de la Cámara de Comercio Grecia-USA a la mujer empresaria del año. Le interesa la salud metal desde todos los aspectos posibles, las mujeres -porque se ha especializado en ellas, y "los niños, porque cada niño merece la oportunidad de ser sacado adelante según sus capacidades y merece la oportunidad de ser educado según sus necesidades".
Hoy llueve en Nueva York, típico día de otoño en el que la humedad se mete en los huesos. "Estamos en el proceso de expansión internacional, formando y educando a profesionales para diferentes países de América Latina, donde el machismo forma parte de la cultura y donde las mujeres tienen una tasa altísima de depresión severa y de falta de oportunidades". Y también en Grecia, su país de origen, en donde tiene el proyecto de abrir su instituto en un año. "La crisis económica ha deprimido a Grecia como sociedad, pero las mujeres, una vez más, y sus hijos, son los mas vulnerables. Por eso, poco a poco podemos ir cambiando esta situación", asegura emocionada.
En los cinco años que lleva funcionando el Instituto Seleni, parte fundamental de la Fundación, han tratado a miles de jóvenes que desarrollan enfermedades mentales como consecuencia de un embarazo, deseado o no deseado. Los datos son abrumadores: el 80% de las nuevas madres tienen depresión postparto. Un 20% de las mujeres embarazadas tiene depresión preparto. Siete millones de parejas en Estados Unidos tienen problemas de fertilidad, cuatro millones de mujeres pierden su bebé al año en Estados Unidos. Nitzia cree que "se puede y se debe hacer mejor. Se puede ayudar a las mujeres a enfrentarse a sus miedos, a recuperar su vida. Se tiene que hablar de depresión, de salud mental y explicarle al mundo que efectivamente sí existe, que es un problema muy serio, y que hay que dejar de estigmatizar a la mujer y ponerse a trabajar en soluciones".