Impactos de la tecnología
El movimiento de digitalización escolar en el que trabajamos invertía el orden en el que la escuela quería avanzar: no se trata -como desea la escuela- de escolarizar lo digital y volverlo funcional al modelo pedagógico imperante, se trata de digitalizar la escuela y transformarla.
La tecnología no es importante por lo eficaz, sino por lo que estimula y democratiza.
No me gusta esa idea reductora (aunque se presuma de potenciadora) de que la tecnología nos ayuda a hacer más eficaz todo y a vivir más cómodos. Digo reductora porque pone a la tecnología en un lugar complementario del tejido social, subordinado y funcional a los valores imperantes de éste. Y no. La tecnología no ayuda a vivir mejor; nos cambia la vida, que es otra cosa. Para bien, para mal, para acá y para allá, pero nos la cambia.
Y así en la vida como en la escuela.
La tecnología en la que pienso altera sustancialmente las bases ético-epistemológicas del modelo educativo.
Ya habíamos dicho alguna vez que el movimiento de digitalización escolar en el que trabajamos invertía el orden en el que la escuela quería avanzar: no se trata -como desea la escuela- de escolarizar lo digital y volverlo funcional al modelo pedagógico imperante, se trata de digitalizar la escuela y transformarla. Y ahora podemos agregar que no se trata de acomodar la tecnología en el lugar social funcional de hacer más eficaz y productividad al que los factores sociales de poder quieren reducirla (aporta eficiencia en el uso del tiempo, en las búsquedas, las compras, las relaciones sociales, etc.), sino de que, tecnología mediante, los modelos de vida y de relaciones sociales cambien y las sociedades se vuelvan más horizontales, movilizadas, impulsadas y apropiadas de su propio destino. Es decir, que la tecnología se mueva para movernos y nos conecte, nos cohesione y nos organice alrededor de un proyecto.
La tecnología -quiero decir- se las trae. Y debemos saber que se las trae también en la escuela. Y que la traemos para eso, para que se las traiga. No para evaluar si hará más eficaz éste o aquél proceso actual. Se las trae para reventarlo, no para hacerlo eficaz. Se las trae porque tiene calado. No va de más o de menos, sino de otra cosa.
Veamos, si no.
Decíamos -seguros de nosotros- que con la tecnología evolucionarían definitivamente las enciclopedias, y de inmediato pensábamos en buscadores de alta performance más eficientes y en actualizaciones constantes (que reemplazaran los vetustos index e índices del papel de la Británica). Tan seguros estábamos de eso que Microsoft se apuró y sintió que desbancaría a la Británica con esa sola "innovación" en marcha, y se inventó -digamos- la Enciclopedia Encarta en DVD. Y fracasó. No en manos de la Británica, sino de otra, inesperada, que le surgió desde la tecnología misma. Pero fracasó precisamente por no entender (Microsoft, ¡fíjate tu!) el proceso digital. Apareció Wikipedia y arrasó con todo. Eso es una enciclopedia digital, que no es lo mismo que la digitalización de las enciclopedias, que no sirvió para nada.
Llegó Wikipedia de la mano de quien -creo- no imaginó la relevancia conceptual de lo que estaba inventando. Pero -emprendedor y práctico- lo echó a andar. ¡Y anduvo! La Wiki entró por la ventana del debate organizado sobre el impacto de la tecnología en las bases de datos y el saber acumulado... La misma historia podríamos contar en otros sectores; en la prensa, por ejemplo. Y la podremos contar en otros, de acá a unos meses. Wikipedia metió al usuario en la producción. Eso es más que actualización, verdad? Pero también actualiza, a la velocidad del rayo. Pero sobre todo comparte e incita a la participación, mediante la producción. Wikipedia discute con Diderot. Replantea el concepto mismo de enciclopedia y de saber. Discute el positivismo subyacente al modelo.
Y transforma todo y se impone. Y nos hace mejores.
Y crece exponencialmente, y se limpia a sí misma como los gatos, y se diversifica hasta lo indecible, y es más actual que la actualidad...
Lo mismo; exactamente lo mismito que está pasando ahora mismo en la educación y no lo queremos ver. El factor de cambio se está gestando en otros garajes que los que la escuela y el establishment educativo están mirando. Se viene por la ventana y cuando menos lo esperemos.
Si logramos que todo esto no sea desesperante para nosotros los maestros, entonces sí será apasionante. Y en cualquier caso, sea como sea, será.