Psicomunismo

Psicomunismo

“Un país que reclame la felicidad como derecho”. Lo propuso Yolanda Díaz durante su intervención en la moción de censura de esta semana.

Yolanda Díaz, durante la moción de censura.Europa Press via Getty Images

“Un país que reclame la felicidad como derecho”. Lo propuso Yolanda Díaz durante su intervención en la moción de censura de esta semana con ese tono habitual que tanto agradecemos las personas que tenemos necesidades educativas especiales. Ya le habíamos oído anteriormente cosas parecidas, pero nunca en sede parlamentaria. El mimo que lleva ciento sesenta años dentro de una hornacina haciendo de estatua de Isabel la Católica se marchó a darse un baño nada más escuchar la frase. Los leones de la escalinata comenzaron a vender entradas para las representaciones de El Rey León en la Gran Vía. Por primera vez, las transcripciones de los taquígrafos del Congreso incluyeron el emoticono de la carita con estrellas en los ojos dentro del Diario de Sesiones.

Me quedo con Psicomunismo, el comunismo mental, la dictadura del proletariado psíquico, una nueva teoría política en donde las clases sociales han quedado sustituidas por las clases emocionales

Una novedad tan notable en la propuesta política de la militante del Partido Comunista de España requiere de un nuevo nombre para la ideología que defiende. ¿Coachmunismo? Por aquello de unir el coach felicitario con el comunismo de autoayuda. ¿Marxismo-lennonismo? Cambiando a Lenin por Lennon, como justo pago por “Imagine”. No sé… yo me quedo con Psicomunismo, el comunismo mental, la dictadura del proletariado psíquico, una nueva teoría política en donde las clases sociales han quedado sustituidas por las clases emocionales. La Historia ya no está movida por la lucha entre empresarios y trabajadores, sino entre gente que odia y gente que ama. Entre unos y otros hay que levantar un nuevo muro de Berlín, pero esta vez hecho de tazas de Mr. Wonderful y manuales de mindfulness.

El psicomunismo también requiere de un nuevo saludo que reeemplace al puño en alto. El puño en alto era un símbolo con el que los estoicos representaban su posesión de la verdad. Pero la verdad no es precisamente el principal valor del psicomunismo posmoderno. No es que Yolanda Díaz esté en contra de ella. No. Pero si se diera el caso de que la verdad fuera amarga y provocase pesadumbre, ya podrían ir dándole mucho por ahí a esa obstinada y antipática amiga de Aristóteles. El psicomunismo es amigo de la verdad, pero mucho más amigo del Instituto Coca-Cola de la Felicidad —ah, ¿que no se creen que existe? googléenlo y me cuentan si la frase “si lo sientes, es verdad” es un eslogan de Unidas Podemos o de Aquarius—. Los psicomunistas se saludan haciendo el gesto de acariciar un gatete.

Yolanda, que ha atravesado ya el punto de no retorno en su proceso de 'anneigartiburización', no concebirá al Hijo de Dios, pero sí al nuevo Partido Psicomunista de España

(Epílogo: Todo el mundo está dando por seguro que el anuncio del anuncio que anunciará la vicepresidenta en fechas próximas tiene que ver con la conversión de Sumar en una fuerza política con la que presentarse a las próximas elecciones generales. Pero quizá su annuntiatio tenga más que ver con las Anunciaciones de Fra Angelico, el Greco o Botticelli, que recogen la escena en la que el arcángel Gabriel anunció a María que iba a concebir al Hijo de Dios en su seno. Yolanda, que ha atravesado ya el punto de no retorno en su proceso de anneigartiburización, no concebirá —segunda acepción— al Hijo de Dios, pero sí al nuevo Partido Psicomunista de España, del que se encuentra felizmente encinta. Una vez más, estamos ante una inmaculada concepción.)

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.