Entre la mentira y la paranormalidad

Entre la mentira y la paranormalidad

El actual santo y seña para un falso y caza incautos patriotismo, es todo el catálogo de progreso que ha dado forma a la actual civilización española, y europea.

Jorge Buxadé, Santiago Abascal y Espinosa de los Monteros (Vox); en una imagen de archivo.Jesus Hellin/Europa Press via Getty Images

Todos los que hemos vivido, o seguimos haciéndolo aunque sea a tiempo parcial, en una villa, hemos visto como en las procesiones, incluso por delante de las autoridades habituales, cura, alcalde, concejales, cabo o sargento de la Guardia Civil, juez de paz, dirección del Centro de Salud, o caciques encubiertos o ancianas más o menos beatas con ‘posibles’ económicos, desfila sacando pecho, en su efímera hora anual de gloria, un personaje entrañable, querido por todos: el tonto oficial del pueblo.

Esta escena me viene a la cabeza cada vez que algún prócer de la extrema derecha nacional y de la que no lo será pero se le acerca, sale a orear su podredumbre moral y, en su caso, su enciclopédica ignorancia… o mala fe, ajenos al ‘ridiculum vitae’ que suman al odio termitero que los reconcome por dentro.

El actual santo y seña para un falso y caza incautos patriotismo, es todo el catálogo de progreso que ha dado forma a la actual civilización española, y europea. Todos los avances son pecado mortal. Vox, con las dudas de apoyo de los liberales conservadores de pacotilla, ha creado un nuevo catecismo hecho de analfabetismo, anormalidades y mentiras morrocotudas, que ni el barón de Munchausen.

"Su ideal son parques jurásicos, relictos ajenos a la mismísima evolución de las especies, y hasta de la geografía"

Pongamos algunos ejemplos. Sus guías intelectuales (sic), que demuestran con sus ocurrencias y comportamientos machistas-leninistas-joseantonianos cuánta razón tiene Íñigo Errejón cuando reclama más medios para la salud mental, a la mayor urgencia, afirman que la ecología y el cambio climático con el calentamiento global, o viceversa, son cuestiones ideológicas, tratando de desprestigiarlas e infantilizarlas. ¡Hasta la Agenda 2030 de la ONU con casi doscientos países firmantes!. También con su asco psiquiátrico hacia el feminismo, o su defensa ciega de los supuestos valores españoles de palo y tentetieso como pegamento principal de la unidad nacional, o esa chulería de correaje y camisa azul con la añoranza de la Sección Femenina de Pilar Primo de Rivera. La mujer, a ‘sus labores’.

O su odio al diferente, consista en lo que consista la diferencia: de clase, de religión, de raza, de ideas, de sexualidad, de lugar de nacimiento, aún dentro de la misma España…Y luego está por encima y por debajo su desprecio a la ciencia, negando la mayor de todo lo que en el siglo XXI es básico: la agricultura sostenible, la ganadería sostenible, la pesca sostenible, las energías sostenibles, la alimentación sostenible, la sociedad sostenible….Lo suyo en realidad, si lo analizamos concienzudamente pero con algo de humor, es una vuelta al cuaternario. 

Su ideal son parques jurásicos, relictos ajenos a la mismísima evolución de las especies, y hasta de la geografía. Decía Bismark que la geografía era el único factor inmutable en la historia; pero hasta la geografía cambia; ejemplo: el volcán de La Palma. Quizás los que no cambien demasiado sean los palmeros. Hasta a la lava se acostumbra uno. Y eso, sensu contrario, es en sí un gran cambio.

El medio ambiente y la sostenibilidad ya preocupaba a los Reyes Católicos, que legislaron sobre ello. Canarias fue, en este sentido, pionera (s.e.u o.) Por lo tanto es una estupidez como la copa de un pino canario (cuyo tronco resiste al fuego porque nacieron entre erupciones volcánicas) decir que la defensa del medio ambiente, el paisaje, y hasta las economías vinculadas, es cosa de rojos. Cuestión de ‘ideología’. Lo es, desde luego de progresistas, porque los reaccionarios (antítesis del progreso es la reacción) han dejado el terreno libre y, cuando eso ocurre, otro ocupa el espacio vacío. Y se puede demostrar documentalmente (en la parte ‘docu’ y en la ‘mental’ en la comparativa con el voxerío actual) que en este, y en otros muchos aspectos, Isabel y Fernando eran monarcas avanzados, con todas las matizaciones que sean pertinentes, en los usos y costumbres de la época.

Por ejemplo: en Canarias prohibieron o al menos controlaron los monopolios. Hay muchas Reales Cédulas sobre ello, recogidas en el Libro Rojo ( que no tiene vinculaciones marxistas pese a lo que puedan pensar la cabalgada de idiotas que no han sabido sacar conclusiones inteligentes y/o psicológicas del Quijote) que por desgracia no son muy conocidas fuera del campo de los eruditos isleños.

El 25 de febrero de 1506 los reyes Don Fernando, don Felipe (el Hermoso) y doña Juana dictaron una ‘real cédula’ que estipulaba que “no se venda yngenio ni heredamiento a persona poderosa ni de fuera destas yslas”. Esta línea se mantendría mucho tiempo y afectaría a las ‘inversiones’ extranjeras. También la Iglesia les daba muchos quebraderos de cabeza, que resolvían por la vía expeditiva. 26 de octubre de 1531: “Que con el título de un familiar de la Santa Cruzada no se eximan de pagar lo que devieran”. Las perras son las perras en todo tiempo. También vigilaban mucho los poderes temporales de los obispos y sus ambiciones financieras. Las guerras, las conquistas, los monumentos, las obras de arte conmemorativas de grandes gestas no se financian con agua bendita envasada.

Como ahora no se construye ni se podría sostener el ‘estado de bienestar’ (en la CE78 ‘estado social y democrático de derecho’) sin impuestos suficientes, a ricos incluidos. Y un antecedente de las leyes de incompatibilidades de cargos públicos para proteger el medio ambiente y el desarrollo sostenible lo podemos encontrar en una ‘cédula real’ dada el 5 de abril de 1533: “que cuando en cabildo se tratare sobre corte de leña no esté dentro ningún señor de yngenio…” Fue consecuencia de los trucos para saltarse una moratoria forestal. Los bosques, que habían sobrevivido decenas de miles de años estaban siendo esquilmados por las necesidades de la construcción, la navegación, la industria del azúcar y la quema de madera para carbón vegetal.

"Son los mismos que negaban que el tabaco matara y que se oponían a las advertencias sanitarias; son los mismos que defienden los intereses de las grandes petroleras"

No. Ni los Reyes eran comunistas ni su corte, consejeros y la naciente burocracia, que el cardenal Cisneros se empeñaría en profesionalizar, eran una engolada pandilla de desaprensivos anarquistas antisistema. La realidad es que el cambio climático y otros cambios son pura evidencia científica. Por ejemplo, ya en uno de los libros de la Biblia, el Eclesiastés, escrito recién superado el Neolítico, figura ya un consejo que intuye las leyes de la gravedad: “quien tira una piedra a lo alto, encima le cae”.

Lo cierto y verdad, seamos redundantes que ante cretinos es una necesidad, es que estos negacionistas de extrema derecha o de la derecha vicaria del gran capital – y nada que ver con Marx- son técnicamente hablando mamporreros y mercenarios de grandes multinacionales. Son los mismos que negaban que el tabaco matara y que se oponían a las advertencias sanitarias; son los mismos que defienden los intereses de las grandes petroleras y empresas energéticas: está documentado que Exxon Mobil financiaba estudios de investigadores o con poco seso o con pocos escrúpulos, y recientemente se ha confirmado que sin embargo contaba desde hace décadas con informes de gran precisión sobre la evolución climática que vaticinaban lo que está ocurriendo y cómo está ocurriendo.

"Con una derecha ¿centrada? que aún no se atreve a renegar como es preciso de la dictadura franquista"

Y esta tropa de cínicos o descerebrados, que reúne a antivacunas, a terraplanistas, a antiecologistas, a antifeministas, a buleros, a defensores del alcohol libre, de la desertización mediante el abuso de los recursos hídricos low cost – o caídos del cielo de todos-, defensores de relajar los controles sanitarios en la ganadería tuberculosa… ya tocan tambores de guerra en toda Europa. ¿Casualmente? Cuando Putin ha intervenido mediante un sofisticado sistema de desinformación en el éxito del Brexit, en círculos separatistas catalanes, en la elección de Trump… Un compendio de ese totum revolutum de mentiras está siendo tónica y técnica habitual en esta España desorientada y engañada de hoy. Con una derecha ¿centrada? que aún no se atreve a renegar como es preciso de la dictadura franquista.

En 2000 el vicepresidente USA Al Gore clavaba lo que ahora está sucediendo tanto con respecto al cabio climático como en el ataque generalizado desde las trincheras de la oscuridad a la democracia. En su libro La Tierra en juego, fenomenal documento que debería ser de lectura obligatoria sobre todo en las asambleas de los partidos incrédulos, reproduce una esclarecedora frase de Churchill sobre el peligro nazi: Refiriéndose al cegato gobierno británico denunciaba:“… Están pues paradójicamente decididos a ser indecisos, resueltos a mostrarse irresolutos, firmemente arbitrarios, inflexivamente caprichosos, todopoderosamente impotentes… La era de las dilaciones, de las medias tintas, de los expedientes moderadores y que solo ponen trabas, está llegando a su fin. En su lugar nos adentramos en la era de las consecuencias…”.

Pues en esas estamos. Ya veremos qué nos pasa después del 23 de julio. Porque la estupidez es una droga alucinógena que contagia por la sondas.

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Empezó dirigiendo una revista escolar en la década de los 60 y terminó su carrera profesional como director del periódico La Provincia. Pasó por todos los peldaños de la redacción: colaborador, redactor, jefe de sección, redactor jefe, subdirector, director adjunto, director... En su mochila cuenta con variadas experiencias; también ha colaborado en programas de radio y ha sido un habitual de tertulias radiofónicas y debates de televisión. Conferenciante habitual, especializado en temas de urbanismo y paisaje, defensa y seguridad y relaciones internacionales, ha publicado ocho libros. Tiene la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.

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