Lecturas iluminadoras; tiempos oscuros: Europa
Dos aportaciones excelentes a la interpretación del vértigo y la desazón del actual estado de la UE.

Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, a cuantos frecuentamos los asuntos europeos nos resulta imposible abordar una intervención, tribuna, entrevista sin una consciencia clara de la aceleración de su emplazamiento histórico. Gravita sobre las opiniones públicas de los Estados miembros (EEMM) de la UE una sensación de gravedad que es fuente y eco al mismo tiempo de la conversación en las Instituciones y los liderazgos políticos.
Es verdad que la pulsión seguritaria y la preocupación por la Defensa se disparó ante la constatación de que nuestro más gigantesco e inexorable vecino —la Rusia de Putin—, con su invasión de Ucrania, nos ha abismado, queramos o no, a un mundo más turbulento, oscuro y peligroso, habitado por carnívoros que se han desvinculado de lo que queda en pie de la legalidad internacional edificada sobre las lecciones durísimas y sangrientas de las dos Guerras Mundiales del "olvidado siglo XX" sobre el que escribió Tony Judt.
La conjugación del esfuerzo europeo por situarnos ante Trump rehabilitando a Putin y mantener el compromiso con la soberanía e independencia de Ucrania —tan conexo a la seguridad de la UE, sabedora de que no reaccionar ante la agresión sería el preludio de la siguiente ofensiva criminal del autócrata ruso— ha dado lugar, en tiempo escaso, a una plétora de análisis y ensayos que intentan dar cuenta, por un lado, de cómo hemos llegado hasta aquí y por qué nos cuesta tanto reajustar nuestros ritmos de respuesta y decisión, así como, por otro lado, la globalización de riesgos y amenazas inéditos para la razón de ser de la integración europea tal y como hasta ahora veníamos explicándola: sus valores, su Derecho, su idea de la democracia y su modelo social.
Dos libros brillantes han visto la luz este año 2025; dos aportaciones excelentes a la interpretación del vértigo y la desazón del actual estado de la UE, aunque desde ópticas distintas y propósitos dispares.
El profesor Sami Nair, veterano politólogo francés con gran reputación en España, acaba de publicar Europa encadenada: el neoliberalismo contra la Unión (Galaxia Gutenberg, 2025). La obra está recorrida por una crítica implacable al sesgo ideológico neoliberal que, a juicio del autor, lastra de raíz la mera posibilidad de que exista una cultura europea, un espacio cívico paneuropeo digno de ese nombre y una ciudadanía articulada sobre la compatibilidad de las identidades y de mitos fundacionales, concepto este al que atribuye particular importancia.
La estructuración de su texto es literariamente sugestiva; llama la atención que la formulación de cada uno de sus capítulos evoque defectos genésicos, daños de fabricación o riesgos asociados a su diseño y origen, pese a que el autor se declara europeísta y no renuncia a la esperanza de contribuir a enderezar yerros, aun cuando muy radicados, y relanzar en Europa un proyecto inclusivo, mestizo, cosmopolita y progresista.
Singularmente critica Sami Nair la —a su juicio— insoslayable responsabilidad de tres socialistas franceses que contribuyeron decisivamente, bajo la impronta del giro por el que Mitterrand renunció a su primer programa social y nacionalizador (1981/1983), al sesgo neoliberal que “encadena” a la UE ya desde antes de Maastricht, puesto que imprime carácter a todo el proyecto europeo desde el Acta Única (1985); Jacques Delors (Presidente de la Comisión Europea 1985/1995), Henri Chavranski (Director del CMIT de OCDE 1982/1994) y Michel Camdessus (Director del FMI 1987/2000). La tesis que preside su ensayo es la de que, en la UE, pese a presentarse en la literatura dominante como una simbiosis de democristianos, socialdemócratas y liberales, la política ha preponderado fórmulas y neoliberales y conservadoras que no solamente han ensanchado las desigualdades sociales, abonando la semilla en la que han germinado populismos reaccionarios, sino que ha cristalizado en una moneda única (en la que al autor entrevé el "marco alemán de referencia") carente de herramientas fiscales para dotar de sentido su papel en el mundo.
De factura asimismo muy personal es el formidable ensayo La era de la Revancha (Cuadernos Anagrama, 2025) del prestigioso comentarista internacional de El País, Andrea Rizzi. Escrito con un lenguaje claro, cristalino y directo, el libro —sin duda, de los mejores que he leído en los últimos años— articula una incursión tan afilada como bien documentada en lo que de un tiempo a esta parte venimos llamando "geopolítica", que no es otra cosa que la comprensión cabal de hasta qué punto la geografía determina la política y toda acción desde lo público.
La propuesta de Rizzi nos ayuda a explicarnos —prius para comprender— las prioridades estratégicas de los actores globales —"Occidente" (UE, EE.UU.) "Oriente" (Oriente Medio, China, Pacífico…), el "Sur Global" (los BRICS)— sin perder nunca de vista la urgencia de entender a Putin, que no de justificarlo: sí de desentrañar la intransferible racionalidad autoritaria de los regímenes dictatoriales y de su alternativa a las democracias liberales y el desafío que plantea su retroalimentación con la ola de nacionalpopulismo y ultraderecha reaccionaria que recorre sísmicamente el planeta, a modo de "remolino", con una combinación tóxica de rencor, resentimiento frente a humillaciones antiguas, ira e hipnosis colectiva (la metáfora de la legendaria novela de Steinbeck sobre el Oklahoma de la Gran Depresión aflora recurrentemente, de la mano de referencias literarias a otros grandes de todos los tiempos, como Dante, Calvino, Camus..).
Es ese revoltijo de emociones negativas y odios espoleados por la imparable preeminencia de las redes sociales en la comunicación política el que explica que tantas clases trabajadoras, cuya autopercepción de pérdida de estatus las hace cabreadas por sentirse "perdedoras en la globalización", hayan decidido votar de manera decisiva por déspotas y campeones del populismo, financiados por plutócratas y oligarcas, cuyas políticas les perjudican y empobrecen aún más, en una paradoja de libro de voto contra los intereses propios.
Dos lecturas iluminadoras, incluso por sus contrastes, serias, recomendables en este tiempo tormentoso y tan expuesto al temor de que nuestros hijos e hijas vayan a vivir sus vidas más peligrosamente que las generaciones que les hemos engendrado.