¿Cómo que "Izquierda Española"?
Llamar en 2023 “español” a un partido es obsceno, se vive como una provocación, un puñetazo encima de la mesa que saca a la luz el verdadero eje que ordena la política actual.
¿“Izquierda Española”? ¿Cómo que “Izquierda Española”? ¿Pero dónde se ha visto que un partido político use como nombre una ideología y el gentilicio de su país? ¿Qué somos? ¿Animales? Eso se hacía en el siglo XIX, a lo mejor también un poco en el siglo XX, pero en los tiempos que corren los partidos se llaman con consignas motivacionales: Tod@s Adelante, Nuevos Tiempos, ¡Existes!, Tu Sonrisa, Ciudadanos, Alianza por el Futuro, Iguales y Diferentes, Lloramos de Felicidad, Proyecto Girasol, Plus, Federación Estatal de Bloques Populares Unidos Férreamente por el Amor, Partido Popular, Somos, Estamos, Caminamos, Proponemos, ¡Reivindícate!, Queremos, Anhelamos, Pretendemos, Podemos, Vox, Sale el Sol, Sumar, Partido Plural y Abierto, Más País.
Les animo a distinguir en las líneas anteriores cuáles son nombres de partidos verdaderos y cuáles no. No es fácil. Venga, les doy la primera respuesta: Más País es un partido real. Fue lo que salió en la IA cuando Íñigo Errejón pulsó el botón del pánico al darse cuenta de que una mínima coherencia le obligaba a llamar “Más España” a la extensión nacional de Más Villaconejos y Más Madrid. ¿“Más España”? ¿Qué somos? ¿Fachas? España es un error histórico, una anomalía que nunca debió existir. El agua moja, el fuego quema y España es fascista, que se lo leí a un intelectual. Debe tender hacia una organización territorial tal que una organización territorial más endeble no pueda ser pensada. En todos los conflictos que España mantuvo con otros países a lo largo de la Historia siempre tenían razón los otros.
Pero la opinión pública no se ha dejado engañar con estos cantos de sirena de la formación encabezada por Guillermo del Valle, y ha pillado a la velocidad de Twitter cuál es el verdadero ideario del nuevo partido: Izquierda Española está integrada por antiguos miembros de C’s, PSOE e IU, ¡qué más pruebas hacen falta de que su ideología va a ser una mezcla del PP y Vox! Oímos este razonamiento por todas partes, en un momento en el que el deterioro del debate político en nuestro país ha alcanzado cotas insospechadas, convertido en el mero lanzamiento de estímulos condicionados pavlovianos para salivación de unos y náusea de otros. “¡España!” arroja uno contra su enemigo. “¡Fueros medievales!” contrataca el otro. “¡UPyD!” tuitea tanto el neoliberal como el sanchista. “¡Amnistía!” le responden.
La relación sadomasoquista del sanchismo con la derecha reta al psicoanalista más florido. Debemos seguir votándoles, aunque pacten con la derecha, porque si no gana la derecha; pero ellos no deben dejar de pactar con la derecha, aunque la gente deje de votarles, y gane la derecha. El trabalenguas se aclara al notar que una es la derecha independentista y la otra es la derecha centralista. No pasaría nada si estuviéramos en 1879 o 1921, años de fundación del PSOEspañol y el PCEspañol, pero llamar en 2023 “español” a un partido es obsceno, se vive como una provocación, un puñetazo encima de la mesa que saca a la luz el verdadero eje que ordena la política actual, y arroja sombras sobre la salud mental colectiva del país. Carajo, que se hubieran llamado Dame la Mano, Amigx, y se hubieran integrado en Sumar.