Culpable. Es el chivo expiatorio que necesita nuestro Gobierno. ¿Recortes? Son por Merkel, la inflexible, fíjense en su imagen: mismo peinado, chaqueta, collar, postura idéntica. ¿Austeridad? Es por Merkel, oigan su voz plana y aburrida: ni inflexiones ni pausas, ni énfasis. Ni un ápice de compasión.