Otra semana más nos encontramos consternados por la tragedia del racismo y la violencia en Estados Unidos. En los últimos días, la muerte de dos ciudadanos afroamericanos a manos de la policía, en circunstancias que han despertado todo tipo de inquietudes, así como el asesinato brutal de cinco policías en Dallas nos muestran una realidad de un país todavía fracturado por la tensión racial y la violencia. Políticos y observadores no se cansan de repetir que "esto no es América". La realidad, sin embargo, demuestra lo contrario.