Camisetas con balazos: el estremecedor homenaje a Jacob Blake de un equipo de baloncesto femenino
Las jugadoras de las Washington Mystics se suman a la condena del tiroteo a un hombre negro, que ha quedado parapléjico
Los chicos de los Bucks de Milwaukee han dado el primer paso y han decidido no jugar el quinto partido de su serie ante los Magic de Orlando, en protesta por el ataque policial por la espalda a un joven negro, Jacob Blake (29 años), en Kenosha, Wisconsin. Ha sido el puñetazo inicial sobre la mesa, que ha hecho que, en cascada, el deporte de EEUU se solidarice con esta nueva víctima de la brutalidad policial, que sigue ingresada y, de seguro, quedará para siempre en silla de ruedas.
La ola de esa indignación ha llegado al baloncesto femenino, al equipo de las Washington Mystics, que ha tenido el gesto más impresionante que hemos visto hasta ahora: sus jugadoras se han puesto camisetas que, en el pecho, llevaban las letras necesarias para formar el nombre del chico y, a la espalda, siete agujeros de bala pintados, siete impactos, tantos como recibió mientras se cobijaba en su coche. Luego, se han fotografiado rodilla en tierra.
El equipo de Washington se medía este miércoles de madrugada al Atlanta Dream, uno de los tres partidos programados para el día, pero que se pospusieron cuando las jugadoras decidieron unirse al boicot de sus colegas varones de la NBA.
La liga femenina, la WNBA, también se ha sumado a la protesta, con una sola palabra: “unidas”, y una foto en la que jugadoras y equipos técnicos se suman contra el racismo.
Jacob Blake Jr. es un hombre afroamericano que fue atacado por policías el pasado domingo en Wisconsin (Estados Unidos). Pese a salvar la vida, quedó con daño permanente en la médula espinal y las vértebras, por lo que no volverá a caminar, de acuerdo al parte médico y de sus abogados.