Yo no nací vegana. He comido animales, queso, huevos, he llevado zapatos de piel y jerséis de lana. Y eso, durante 28 años. Pero a la pregunta: ¿es factible que comparta mi vida con un omnívoro?, hoy en día respondo que no. No es un no categórico, sé que nada es o negro o blanco. Sin embargo, es un no franco, convencido. Y voy a intentar explicar por qué.