La artista danesa pintó todos los trabajos domésticos realizados por jóvenes, madres y abuelas de su entorno. Las convirtió en protagonistas absolutas de sus obras.
Que triste vivir en un mundo en que para insultar a una mujer se la envía a fregar platos, se la envía a realizar cualquier trabajo doméstico, como si estas imprescindibles tareas tuvieran que avergonzar a quien las desempeña.
Son constantes los ataques misóginos provenientes de élites ilustradas contra políticas. Habitualmente los insultos incluyen también a colectivos enteros y muestran un desprecio extremo hacia profesiones mayoritariamente femeninas y una rabia enfermiza contra las tareas domésticas y de cuidado, por mucho que los agresores se beneficien de ellas.
La pasada campaña electoral catalana puso de manifiesto una doble vara de medir cuando se habla y se juzga a políticas y a políticos. El trato que recibió Inés Arrimadas lo certifica. Doble vara que también es visible en el tipo de críticas que recibe Manuela Carmena por querer implementar nuevas y diferentes políticas para abordar las consecuencias de los botellones.