Me han dicho que soy demasiado blanca para ser negra y también que soy demasiado negra para ser asiática. Muchos directores no me seleccionan porque consideran que soy muy difícil de encasillar.
No podemos seguir impasibles perpetuando la grave discriminación de todo un colectivo de mujeres, condenadas al destierro de derechos humanos por "infringir" normas morales, ni tolerar el paternalismo institucional que las incapacita como personas y como mujeres.