Este es el emocionante momento en el que una novia en silla de ruedas va al altar caminando y deja al novio al borde de las lágrimas. Carrie Redhead cumplió su sueño de ir al altar por su propio pie ante el asombro total de su familia y el resto de invitados.
"Pobrecillo: tan joven, y ya condenado a una 'no-vida' de mierda". Eso es lo que me decía sin decírmelo una señora cuando me vio subir en mi silla de ruedas al tranvía de Zaragoza. Ella no era consciente de estar diciéndomelo, pero a su mirada se le escapaba ese pensamiento de compasión hacia mí.