El aumento de 20 centavos del boleto del autobús en varias ciudades de Brasil, empezando por Sao Paulo, fue el detonante para que más de 250 mil personas salieran a las calles. Las protestas se extendieron en contra de la corrupción, el gasto excesivo en la Copa del Mundo y las Olimpiadas y en reclamo de una mejor educación.