De embalajes y armarios
Tuvo que pasar tiempo hasta que, harta ya de estar harta, fuera capaz un día de buscar una ayuda y lanzarme a ella: una dirección en la guía de teléfonos se materializó en una librería especializada en homosexualidad a la que mi ansiedad y mis pies llevaron, casi sin pensar. Y me quedé plantada, allí delante.