Cuando el Estado está debilitado, le crecen los enanos
El terrorista es tan barato y fácil de reclutar en las redes sociales que ni siquiera hace falta formar un ejército para defender tu territorio o imponer tus ideas. La desdicha nos oprime el seso. Las personas que flotan por el azar de las corrientes, que se dejan embaucar por cualquiera o por una epidemia de odio, están sometidas a las influencias de su entorno.