Toda iniciativa presentada por cualquier grupo parlamentario que no sea el PP está condenada al fracaso, incluso cuando se trata de propuestas que no admiten disputas políticas, como la proposición de ley para garantizar la protección de los niños que se enfrentan a un proceso judicial.
La realidad está mostrando que, en momentos de crisis, las normas diseñadas en escenarios sin estrés pueden resultar inadecuadas cuando las condiciones "normales" se desvanecen. Hoy es momento de corregir errores y abusos del pasado.