A pesar del crecimiento económico de América Latina y Caribe, que redujo la pobreza extrema a la mitad entre 2003 y 2012, actualmente todavía 175 millones de personas son pobres en esta zona, según datos de la Comisión Económica para América Latina y Caribe. La pobreza crónica es algo que afecta tanto al medio urbano como rural, pero se estima que el 75% de los pobres en el mundo se concentran en el sector rural.
El facha pobre, para irritación de la izquierda que lo quiere emancipar, no está a favor de los discursos de inclusión ni de distribución de la riqueza. Encuentra lugar en los fundamentalismos morales que le permiten sostener un orgullo -anacrónico y violento- frente a su eterna humillación. Su principal característica es el aislamiento y la exclusión de las relaciones sociales.
Recuerdo una actividad con niños de cuatro o cinco años, en un contexto de juego en el que ellos se transformaban en distintos personajes: animales, objetos, personas en distintas situaciones y, entre otros, pobres y ricos. Cuando eran pobres gimoteaban, daban pena; sin embargo, cuando representaban a los ricos, daban saltos de alegría.
Según la aspirante a alcaldesa, los mendigos que duermen en la calles de Madrid espantan el turismo. Por eso sería deseable sacarlos de la vía pública y alojarlos en albergues. Sin entrar en la viabilidad económica de tal medida, hay un par de cuestiones que valdría la pena plantearse.
Hay caminos realizables para erradicar la pobreza y la comunidad académica ha de estar comprometida en favorecerlos, plantearlos y defenderlos. Es un compromiso ineludible. Porque donde hay justicia, no hay pobreza (Confucio).