Sobre el suicidio colectivo, la oscuridad, las nubes negras y la autolesión ya está escrito todo. Y no es para menos. Costará que al PSOE no se le convierta en cómplice de cada decisión que tome el nuevo gobierno del PP y tendrán que pasar lustros para que la decisión no se asocie al devastador relato de que socialistas y populares son lo mismo, las dos caras de un régimen que se desintegra.
A Susana Díaz la apremian para que salga de San Telmo y tome el cuartel general de Ferraz y a Eduardo Madina para que dé un paso a atrás y se integre en el proyecto susanista. Igual que Eisenhower, la presidenta de Andalucía prepara a sus huestes: "No aceptaremos menos que una victoria completa". Pero el diputado vasco no pactará con ella ni antes, ni durante, ni después de la consulta.