Nadie en el PP creyó que al plató de TVE entrara un político bregado en mil batallas, de dilatado curriculum y amplia experiencia comunitaria, y saliera un candidato atenazado por los nervios y amilanado por la mirada fija y el relato cercano de una Elena Valenciano serena y segura que marcó las lindes del debate hasta llevarlo a su terreno.