José Luis Sanchis, el hombre que convierte la política en matemáticas

José Luis Sanchis, el hombre que convierte la política en matemáticas

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Marzo de 1977. Entra por primera vez en La Moncloa, apenas tiene 33 años. José Luis Sanchis se iba a convertir desde ese momento en uno de los encargados de elaborar los ‘papeles’ para el entonces presidente, Adolfo Suárez, y poco a poco se transformaría en el ‘padre’ de la consultoría política en un país en el que no había habido elecciones democráticas durante más de cuarenta años.

Documentos, secretos, estrategias, proyecciones electorales, sondeos. Comenzó una aventura en una España en la que tampoco había ni un ordenador en sede presidencial. El primero llegó por recomendación de la CIA, rememora Sanchis (Albocàsser, Castellón 1943) en una conversación con El Huffington Post. Ahora ha decidido desempolvar sus archivos y publicar sus informes en el libro ¿De qué color llevaba Adolfo los calcetines?.

DEL SECTOR TOMATERO... A LA MONCLOA

Su entrada en la órbita de Suárez fue por puro azar. Siempre le había interesado la política desde niño, pero su actividad profesional había estado ligada al sector tomatero. Era un treintañero que ocupaba la silla de director general de la empresa CARCESA, que elaboraba el fuagrás Apis y el tomate triturado Solís.

La empresa tenía capital americano y él estaba obsesionado con el marketing que se hacía por esos lares. Pidió a sus jefes que lo enviaran a Estados Unidos para aprender de los mejores. Al final cedieron y lo mandaron dos semanas allende el Atlántico para contactar con algunos de los expertos mundiales. Las mejores claves las absorbió de un consultor que había trabajado con John F. Kennedy y su hermano Robert. Empezó a aplicarlas en su empresa.

Describe aquellos días: “Mi abogado en la empresa era José María Armero, una de las personas básicas de la Transición. Era muy amigo de Adolfo y le dijo textualmente ‘conozco a un tío que transforma la política en matemáticas. Suárez le dijo ‘tráelo para acá”.

El primer documento que le pidieron tenía tres cuestiones: ¿Se debe presentar Adolfo Suárez a las elecciones generales? ¿Con qué partido? ¿Circunscripción? Sanchis entregó un folio en el que solo aparecían tres palabras: “Sí”, “Nuevo” y “Madrid”. El equipo de Suárez se quedó “blanco” al verlo y al final fue lo que hizo el presidente. “Ese fue el comienzo”, comenta Sanchis.

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Copia de su carné de acceso a Moncloa

A partir de ese momento se iría conformando un grupo para elaborar los informes de estrategia. Se instalaron en un “chalecito”, prosigue Sanchis, en Pinar de Chamartín, en el que estaban una diez personas. No tenían información de los servicios secretos, se dedicaban a analizar los temas de actualidad y dar recomendaciones. Por otro lado, Suárez tenía todos los días en su mesa dos folios del CESID, de colores diferentes.

La primer impresión de Adolfo fue increíble

Todavía recuerda con emoción la primera vez que conoció a Suárez en 1977. “Fue realmente increíble, Adolfo transmitía carisma, personalidad, proximidad. Además era un hombre lanzado, decidido, con las ideas claras”.

LA OBSESIÓN POR EL PSOE Y GONZÁLEZ

Todas las semanas elaboraban informes para él en los que había dos temas fijos: la imagen del presidente y la situación del PSOE. Suárez vivía obsesionado con ese partido y con su emergente líder, Felipe González. Todo lo que le pasaban al jefe del Ejecutivo tenía que estar muy esquematizado, con guiones, en un solo folio. Era el estilo que le gustaba. Además, les pedían la visión sobre determinados issues -"una palabra que nadie utilizaba hasta entonces”-: Cómo traer a Tarradellas, la política de orden público del PSOE, las relaciones Estado-Iglesia…

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Informes originales

Suárez lo quería saber todo de González. Sanchis comenta que los principales puntos fuertes del socialista, como constaba en sus papeles, era el “partido” que tenía detrás, el hecho de poder decir lo que quisiera al estar en la oposición y el “carisma” del sevillano. En contra, como puntos a atacar, estaban su “falta de seguridad” y que era “novato”.

En su estrategia contra el PSOE en las elecciones de 1977 jugaba un papel muy importante Enrique Tierno Galván y el PSP. De hecho, UCD llegó a financiar parte de la campaña de este partido -que posteriormente se integraría en el PSOE-. “Adolfo me dijo: ‘José Luis, tienes que hacerle la publicidad a Tierno’. Y yo respondí: ‘¡¿Cómo?!’. Me dijo: ‘Todos los votos que vayan a Tierno se los quito a Felipe’. Yo me quedé blanco”.

Era una época política peculiar, Algunas cosas serían hoy impensables teóricamente. “Yo he visto con mis ojos cómo los bancos llevaban maletines a los partidos”, rememora.

He visto con mis ojos cómo los bancos llevaban maletines a los partidos

Entonces no había asesores de imagen, personal shoppers, ni maquilladores en las cortes de los políticos. Él ya empezó a trabajar en la imagen del presidente. Las principales virtudes de Suárez eran, continúa, “valentía, audacia, decisión y que atendía cada tema como si fuera el más importante”. ¿Los defectos? “No controlaba el partido, que le hizo putadas de primera división. Además, tuvo una época genial con el rey hasta mitad de 1980, pero luego no se portó bien”.

LIBROS, CENAS Y FLORIDA PARK

El equipo de Sanchis fabricó un documento que llamó Constelación de atributos, en el que señalaba los aspectos positivos a consolidar y los elementos negativos que podía emitir. Entre las cosas buenas: estadista, europeísta, moderado, líder, sereno, de centro, coherencia, tolerante, deportista, patriota, espontáneo, católico, hombre de familia, triunfador. Y en el otro lado de la balanza: ambicioso, maniobrero, ambiguo, mediocre, inquieto, nervioso, personalista, mal parlamentario.

Cuando empezaron los problemas de imagen de Suárez, Sanchis ideó un plan con el objetivo de superar los “tics franquistas, consolidar su imagen democrática, que el pueblo lo sintiera más próximo y eliminar la imagen de recluido en La Moncloa”.

Los papeles desvelan una estrategia que luego han seguido muchos político en el país. Como grandes acciones de popularidad se recomendó al presidente asistir a un evento deportivo y jugar un partido de fútbol entre parlamentarios. En el plano cultural, el documento aconsejaba ir a la feria del libro (y comprar obras de temática variada, filosofía, literatura, política, medio ambiente), cenar en un buen restaurante con personalidades de la cultura e invitar una vez al mes a escritores a cenar al palacio presidencial. Esta costumbre, apostilla Sanchis, la continuaría más tarde González con su “bodeguilla”.

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Suárez y su esposa

El texto ahondaba en buscar popularidad con acciones como “acompañar a su mujer a la Zarzuela alguna vez, cenar con Peridis, Forges, Mingote y Pedro Ruiz, y reunirse con su promoción de Derecho”. Como gran guinda del plan: ir a Florida Park para escuchar a María Dolores Pradera y pedirle una canción.

Todo ello con una observación a pie de página: “En algunas de sus apariciones por sorpresa, el presidente debería prescindir del traje y la corbata. Camisa abierta y jersey son una buena alternativa a su imagen habitual”. Un plan estilístico que aplican muchos dirigentes en 2016. “Algunas veces Suárez me hacía caso y otras no”, apostilla.

Algunas veces me hacía caso y otras no

Y es que aquel rudimentario equipo sentó las bases de muchas de las tradiciones políticas que hoy conocemos en España. Se enorgullece de haber tenido la idea de la pegada de carteles al inicio de la campaña, de ser el primero en hablar de “horquillas” en las encuestas y de haber trabajado en los primeros sondeos para proyecciones electorales.

Un camino nuevo, todo por construir. A día de hoy, explica, el ‘número uno’ en el campo de la consultoría política “es Pedro Arriola” -el sociólogo de cabecera de Mariano Rajoy-. Acto seguido, dice: “El número dos es Ignacio Varela” -un experto ligado a la órbita del PSOE-.

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Sanchis, durante la entrevista

"SE FORMARÁ UN GOBIERNO DE IZQUIERDAS AHORA"

Sanchis sigue haciendo sus cuentas, recabando números, convirtiendo los datos en escaños en una libreta de anillas con fondo de cuadros que lleva siempre encima. ¿Qué va a pasar en España en estas semanas? Su predicción es que si se repitieran elecciones, el PP va a estar por encima de 123, pero por debajo de 128 diputados. El PSOE estará en “90, 89, 88”y Podemos, “entre 68 y 72”. Ciudadanos se moverá entre los 43 y los 46 diputados.

Estos son sus cálculos, pero después apuesta a que no habrá elecciones otra vez. “Mi opinión es que se formará un Gobierno de izquierdas antes y se abstendrá Ciudadanos. Rajoy no será presidente y mi tesis es que va a ceder, un poco como Artur Mas”, relata.

Rajoy no será presidente

Esa es la quiniela de este “consultor político”, como pide que le definan, que ha trabajado después de su época con Suárez y hasta hoy con casi todos los partidos. Entre sus empleadores han estado UCD, CDS, AP, PP, PSOE, IU, UPyD, CiU, PNV y ERC. Los nuevos no le han llamado. En su opinión lo están haciendo “bien”, aunque tienen que demostrarlo en unos segundos comicios.

Han sido más de 120 campañas desde aquel 1977. Su trabajó saltó las fronteras españolas y ha participado en comicios en Portugal, Bolivia, Colombia, México... Entre sus clientes internacionales han estado Aníbal Cavaco Silva, Alberto Fujimori, Ricardo Lagos y Carlos Menem. El mejor consejo que siempre da, confiesa, es que la “clave es concentrarse en un territorio, en un tema o en un enemigo”.

¿Se ha quedado con alguna espinita? ¿Qué campaña le hubiera gustado dirigir? “Cuando intentas que te contraten y te dicen que ‘no’, lo mejor es olvidarse”, responde.

Se apaga la grabadora. Sanchis guarda en una pequeña maleta con ruedas algunos de los documentos originales que le gusta enseñar a los periodistas. En total, realizó más de 300 para Suárez. Los tiene todos alojados en sesenta archivadores de anillas en el interior de sobres de plástico. Algunos han tenido que ser extraídos con extremo cuidado para que no se rompieran.

Abandona el hotel en la Gran Vía donde ha sido la entrevista y cruza la calle Alcalá. Casualidades de la vida, se encuentra en el paso de peatones con el ministro de Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo. “Hasta luego, hasta luego”, se saludan. “Con él también trabajé en un campaña”, confiesa en voz baja.