Patria, escrita con el pulso de un narrador que sabe bien cómo interpelarnos sin que nos sintamos agredidos y que nos remueve las tripas sin provocarnos náuseas sino más bien nutriéndonos, nos sitúa en la dimensión más puramente personal y emocional del conflicto que durante décadas ha sufrido la sociedad vasca.
De aquellos veranos conservo multitud de sensaciones y recuerdos. Aquellos libros me educaron y crearon la vocación literaria que tengo. Pronto supe que quería ser escritor. Vivir aventuras y contarlas. No sabía lo complicado que era aquella vida soñada, pero cuando me quise dar cuenta, ya estaba atrapado por el veneno de la literatura.
La bandera es un pedazo de tela de color o colores dispuestos en franjas, figuras simbólicas o escudos. En cuanto la bandera posee un grupo, se convierte en un símbolo en sí misma. Para el propio grupo y para el resto de los grupos. Ondean en los límites de las fronteras acotando el territorio, avisando.
La torpeza de los dirigentes progresistas a lo largo del XIX, unida a la habilidad de sus enemigos para manejar en todo momento las circunstancias internacionales en su beneficio, hizo evidentemente más fácil la monopolización del concepto de España por parte de los conservadores.
En el viaje de la vida andamos acompañados de una maleta con todas las pertenencias que nos definen como persona frente a los demás; una maleta que, si perdemos o llevamos incompleta, nos convierte en disidentes de nosotros mismos, en extranjeros en nuestra propia realidad.
Quizás lo que sucede es que cuanto más difícil se hace la vida más necesitamos creer en la comunidad salvadora, esperando ayuda, protección, el puntal de la propia identidad desmoronada. ¿Qué más tenemos cuando no hay presente y, sobre todo, cuando nos domina el miedo?