La patria

La patria

De aquellos veranos conservo multitud de sensaciones y recuerdos. Aquellos libros me educaron y crearon la vocación literaria que tengo. Pronto supe que quería ser escritor. Vivir aventuras y contarlas. No sabía lo complicado que era aquella vida soñada, pero cuando me quise dar cuenta, ya estaba atrapado por el veneno de la literatura.

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Foto: ISTOCK

Pasé los veranos de mi infancia y adolescencia en un chalet situado en la urbanización El pinar de Campoverde, perteneciente a la población alicantina de Pilar de la Horadada. Fui feliz, muchos son los poemas o escritos que he dedicado a aquella zona. Recuerdos aquellas vacaciones con cariño y con voraz recuerdo lector. Aquellas horas de la siesta las dedicaba a devorar libros y libros, que hoy me miran desde las estanterías de mi biblioteca.

Recuerdo con cariño una colección de libros de Julio Verne que mi madre había comprado a mi abuela en el quiosco de siempre. Con Verne pude viajar y vivir mil aventuras. Pero si hay un libro que me marcó especialmente es el Corsario negro de Emilio Salgari. Con el tiempo averigüé quién era Salgari y me fascinó aún más el autor que los libros. Aquellos volúmenes me sacaban en aquellas horas del hastío al que en ocasiones nos empuja la naturaleza. Aquel chalet rodeado de pinos era un paraíso, pero todo paraíso esconde cierta parte de castigo del pecado original.

De aquellos veranos conservo multitud de sensaciones y recuerdos. Aquellos libros me educaron y crearon la vocación literaria que tengo. Pronto supe que quería ser escritor. Vivir aventuras y contarlas. Pero no sabía lo complicado que era aquella vida soñada. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba atrapado por el veneno de la literatura. Fueron tantos años que se hizo callo. Hoy día, por mucho que lo intente, ni el antídoto más eficaz me haría efecto. Cuando te atrapa la literatura, es muy difícil salir de ella. Al principio lo ves como un mal, con el tiempo pasas a divertirte. Sentí mucho la venta de aquel chalet, era una musa de piedra, tierra y pinos. Tal vez de allí germinó algún que otro poema. Tal vez aquellos veranos son mi verdadera patria.