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¿Por qué no gobiernan también los de ciencias?

¿Por qué no gobiernan también los de ciencias?

Tenemos derecho al mejor Gobierno y eso requiere que quienes lo integren posean equipajes intelectuales complementarios, diversos, mutuamente enriquecedores. Exijamos pues que el próximo Gobierno de España no sea más un monopolio de letrados, que quienes en él se sienten beban de la herencia de Newton o Cajal tanto como de la de Cervantes o Tocqueville.
Europa no va a cambiar de sexo en el corto plazo

Europa no va a cambiar de sexo en el corto plazo

Si la respuesta europea a la combinación letal de desempleo intolerable y frustración ciudadana es que la política es negociar cuotas y puestos, convirtiendo una evaluación parlamentaria en una pantomima de intercambio de cromos, la desconfianza en la Unión Europea no puede hacer sino crecer.
Sí somos, pero no estamos

Sí somos, pero no estamos

Una y otra vez nos topamos con un resistente techo de cristal que, en ocasiones, se antoja inquebrantable. Hemos avanzado mucho, pero es simplemente inaceptable e incomprensible que cuando las mujeres están accediendo a lo más alto del mundo científico, educativo o económico..., se les sigan cerrando las puertas a los altos cargos en el ámbito de la política. Y más incomprensible aún si se trata de las instituciones comunitarias.
La mitad del cielo

La mitad del cielo

Que los Estados Miembros propongan dos nombres a la Comisión Europea, uno de hombre y otro de mujer, parece no solo sensato, razonable y justo, sino que se trata de un procedimiento ya defendido en un informe parlamentario de la pasada legislatura. Díganme ustedes si podemos permitirnos renunciar a la mitad del cielo.
Desigualdad de género; ¿a qué estamos esperando?

Desigualdad de género; ¿a qué estamos esperando?

El último número de la revista Nature está dedicado al estancamiento o incluso retroceso de la situación de la mujer en la ciencia. Las mujeres científicas tienen una clara desventaja para escalar a los puestos de máxima responsabilidad en la carrera investigadora, mientras que los colegas varones tienen más probabilidades de llegar cuanto más altos son los cargos.