Sólo hay que hacer una simple búsqueda en Google para convertir al más inocente de los personajes en toda una evidencia de la desigualdad de género. Hagamos la prueba, por ejemplo, con el protagonista del día: Papá Noel. Con un sencillo cambio de sexo y buscando su homónimo femenino en internet, comprobaremos cómo este icono navideño pasa de abuelito entrañable a objeto sexual en cuestión de segundos. ¿Qué otras consecuencias traería su trasformación en mujer?