Despedida una vendedora de El Corte Inglés que contó el secreto de Papá Noel a una niña de 7 años
A falta de carbón, bueno es un despido.
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha avalado el despido procedente de una vendedora de El Corte Inglés que acumuló diversas faltas en el desempeño de su trabajo, entre ellas revelar a una niña de siete años la procedencia de los regalos de Papá Noel.
Los hechos se remontan al 12 de diciembre de 2015 cuando la trabajadora, en la sección de joyería de los grandes almacenes, le dijo a una niña que llevara a su padre a la sección de Perfumería para que la madre le comprase un reloj como regalo de Papá Noel. La niña se quedó "desolada" y la madre se quejó al jefe del departamento, que "avergonzado" tuvo que pedir disculpas a la clienta en nombre de la empresa por lo ocurrido.
El Corte Inglés añadía en la carta de despido otro caso también relacionado con el mismo entorno de la campaña de Navidad, como decir a un cliente que el día 24 de diciembre no era un "día para comprar en el centro (comercial)", con el argumento de que eso "no es lo nuestro", sino que "lo nuestro son los Reyes". Sorprendido, el cliente le respondió que esa no era una actitud "muy comercial" y exigió que lo atendiera otro vendedor.
Actitud negativa, pasiva, poco diligente...
Antes de esta situación, la dependienta fue acumulando diversas faltas hasta el punto de que en septiembre de ese mismo año ya había sido sancionada con falta muy grave y suspensión de empleo y sueldo de 16 días por mantener una "actitud negativa, pasiva, poco diligente y muy alejada de la profesionalidad" que requiere su puesto de trabajo. En febrero fue traslada de la sección de Perfumería a Joyería-.
Además, la empresa cuestionó su "incorrección" en el atendimiento a los clientes, las ausencias de su área de trabajo y mal mantenimiento o la "falta total de respeto" hacia otros compañeros, aparte de que en las labores de empaquetado de regalo, estuvo a punto de herir a un niño al tirar las tijeras sobre el mostrador.
En la sentencia se argumenta que detrás del mal comportamiento y desobediencia de la trabajadora se escondía su intención de "conseguir un despido retribuido" —llevaba diez años en la empresa— algo que confesó en una discusión con otra trabajadora: "Que me eche, así me pagan todo lo que me deben".
No fueron hechos aislados
La sentencia sostiene que los hechos probados podrían considerarse como falta leve o grave pero no muy grave, pero la continuidad de sus actos durante tres meses denota su "falta de buena fe" en el desarrollo de sus funciones.
El TSJC entiende que esta actitud no es aislada, y tras ser suspendida de empleo y sueldo y persistir en ella, 'obliga' a la empresa a activar el despido por "quiebra" de la confianza.
"La empresa actúa conforme al convenio colectivo, imponiendo la sanción más grave prevista, esto es el despido, cuando ya había optado por la suspensión de empleo y sueldo y no había conseguido restablecer la buena fe en la relación laboral", recoge.
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