Sin una red europea de solidaridad, entonces no solo inexistente sino a duras penas imaginable, España reforzó su presencia y su colaboración con los principales países de procedencia de migrantes.
En su galope de Gish, las tres derechas españolas volvieron a verter desenfrenadamente, falsedades y enormidades tan cansinas como estrambóticamente lesivas para la imagen de España.
La idea europea de democracia, derechos fundamentales y Estado de Derecho exige también no sólo una toma de conciencia respecto a sus amenazas sino una acción común de preservación y defensa.
En esta Legislatura que enfila su desenlace, la UE ha acometido retos tan inaplazables como ejemplificativos de la necesidad de acelerar la integración supranacional europea, porque de esa escala son las respuestas requeridas, escapando del perímetro individual de sus estados miembros.
La tentación fascistizante no necesariamente comparece con gomina en el pelo, uniformes paramilitares, correaje, botas de charol, saludo romano o paso de la oca.
Es imposible ignorar hasta qué punto la sensibilidad española hacia un vecino confiable —Andorra, en el Pirineo— y hacia la proximidad de San Marino en la UE ha resultado crucial.
Hemos conseguido avanzar tanto en la legislación europea como en el acervo europeo de compromisos vinculantes en un ámbito tan exigente como es el de la violencia contra las mujeres.
Que lo oiga todo el mundo en el PE: no puede aspirar a gobernar un país plural y diverso como lo es España quien ni la entiende, ni la acepta, ni la "ama" como realmente es.
La buena noticia trasciende los confines nacionales de este país principal en el proceso europeo, por su extensión, su población, su número de escaños en el Parlamento y su emplazamiento geográfico.
A raíz de la agresión contra Hermoso, poco a poco va aflorando una milésima parte de ataques y violencias de depredadores de todo pelaje. Por ejemplo...
Al menos, tenemos ahora unos textos, con claros diferendos, y una mesa, sobre los que enzarzarnos en una pelea a cara de perro hasta alcanzar un compromiso.