Expresan “preocupaciones morales” por el uso de células cultivadas en laboratorio que provienen de otras extraídas del tejido de fetos abortados en la década de los 80.
Aquella reforma tan pequeña en apariencia del Reglamento Hipotecario en 1998 escondía una contradesamortización que ridiculiza las de Mendizábal o Madoz. Pero fue tolerada posteriormente por el Gobierno socialista, y desconocida por la opinión pública hasta su denuncia por organizaciones como Europa Laica, o plataformas ciudadanas.