En el llamado "Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez", que acaba de recibir el Premio Nobel de la Paz, la Abogacía ha jugado un papel fundamental para alcanzar la estabilidad política junto a instituciones como los sindicatos, la patronal y el tejido asociativo.
Nosotros, jóvenes mediterráneos, sabemos que otro Mediterráneo ya existe: el de los foros ciudadanos, el de las start-ups fundadas entre el Magreb y Europa, el del nuevo cine. Y también el de grandes proyectos demasiado poco conocidos.
Vender que Túnez pacíficamente y democráticamente da carpetazo al antiguo orden y establecerá el paradigma de uno nuevo, que sirva de referente para el resto de países de la zona, transmite paz y tranquilidad a Occidente pero no sé si satisface las esperanzas y deseos de la sociedad tunecina.
El Gobierno no es el que apretó el gatillo, pero sí es responsable del clima omnipresente de división social. Pero lo más importante es que el Gobierno es responsable del clima actual de odio que hace que Túnez sea un país en el que el asesinato político no solo es posible sino nada excepcional.
"La religión es la lacra de vuestra región". Toda la razón, pero quizás olvidó definir qué religión. ¿Se trata de la religión en general o de un tipo de religión? ¿O el modelo del Islam político? ¿O el modelo del Islam importado de la zona del Golfo? Olvidó también decir quién es el responsable de alimentar esta lacra.