Digamos que el conjunto de días o semanas que componen tu vida forma un sendero. Avanzas tranquilamente por tu sendero y, de repente, tienes un mal día o una mala semana. Te has caído en un pozo. Miras a tu izquierda, a tu derecha, delante, detrás y todo lo que ves es negro. Cuando estás dentro del pozo no dices «veo en negro una parte minúscula de mi vida», sino «veo en negro toda mi vida».