El binomio del éxito
El éxito es como un pájaro cuyo equilibrio proviene de sus dos alas. Si puede volar es gracias a la existencia de ambas. El ala derecha del éxito es todo aquello que tú has hecho para llegar hasta donde estás. El ala izquierda son todos aquellos componentes que te han empujado a alcanzar tu éxito pero que son 100% mérito de otros.
El éxito es como un pájaro cuyo equilibrio proviene de sus dos alas. Si puede volar es gracias a la existencia de ambas. El ala derecha del éxito es todo aquello que tú has hecho para llegar hasta donde estás. El 100 por ciento de esa parte es mérito tuyo. Incluye el esfuerzo, el desgaste, el arranque, las horas de preocupación, los miedos superados, en definitiva, el precio que tú y solo tú has pagado para alcanzar tu recompensa.
El ala izquierda son todos aquellos componentes que te han empujado a alcanzar tu éxito pero que son 0 por ciento mérito tuyo y 100 por ciento mérito de otros. Tu familia, el país en el que has nacido, aquel profesor que se quedaba contigo después de clase, todos los amigos que te han animado y apoyado en los momentos más duros del camino, quienes te han dado la oportunidad profesional o los muchos que te han inspirado a superarte.
Por el ala derecha casi no tienes ni que dar las gracias. Por el ala izquierda no te plantees ni por un segundo dejar de hacerlo. El ala derecha te da la autoconfianza para alcanzar el éxito. El ala izquierda te da la humildad para mantenerte en él. Igual que ningún pájaro vuela con una sola ala, en el éxito se vuela con la autoconfianza unida a la humildad.
Cada vez que pienso en todo lo que tuvimos que hacer para crear 8Belts, el vértigo se apodera de mí. En charlas suelo hablar de la miopía de los emprendedores. Si supiéramos lo difícil que iba a ser el camino, no hubiéramos arrancado. Pero para cuando nos damos cuenta miramos atrás y al ver todo el camino recorrido no podemos no seguir. Emprendimos gracias a que éramos miopes. Si hubiera sabido lo difícil que iba a ser construir la metodología y la empresa tal vez no lo hubiera hecho.
La base del método 8Belts se compone mayormente de algoritmos matemáticos destinados a obtener el máximo rendimiento de cada hora de estudio del alumno que han hecho que la Ruta de los 8 Cinturones, para cada uno de nuestros estudiantes, sea algo cuantificable, concreto y medible. Yo me peleé con esos algoritmos durante meses y en algún caso hasta años (a día de hoy sigo ajustándolos en un intento permanente por acercarlos cada vez más a la perfección). Han sido horas y horas de trabajo y frustración. A veces no encontraba las soluciones a mis propios planteamientos y acudía a personas expertas en matemáticas para retar mis planteamientos o ayudarme a resolverlos.
El día de mi primer viaje de trabajo, entre Fisterra y A Coruña, pensé en las decenas de viajes como ése y mayores que tendría que realizar si mi sueño acababa siendo una realidad. Mi predicción se cumplió. No han sido decenas, sino ya cientos de viajes de trabajo. Mi primera llamada de trabajo fue a Kermy, nuestro primer programador. Le expliqué el proyecto, la metodología y los algoritmos matemáticos que él tendría que descifrar y comprender para luego volcarlo todo a internet. Le pregunté cuánto tiempo estimaba que podría llevarle un trabajo así. Me respondió que más o menos un mes.
¿Un mes? Acabaron siendo cuatro largos y laboriosos años de sudor e ilusión. Ilusión y sudor.
Recuerdo cada gota de ese duro esfuerzo, no para mirarme al espejo y vanagloriarme, sino para tener presente que ese trabajo tiene un valor y que ese valor es bueno que sea reconocido.
Todo eso es mi ala derecha. Pero para mí, más importante que mi ala derecha es la izquierda: todos aquellos que me ayudaron a hacerlo posible. El apoyo incondicional de mis seres queridos no tiene precio. Cuántas veces se volcaron conmigo en momentos difíciles, me escucharon cuando necesitaba relatar mis frustraciones y me animaron a continuar cuando las dudas me seducían para que no lo hiciera.
Y al mismo nivel sitúo a los miembros del equipo que forma 8Belts, el 8Team. Los que mueven la maquinaria en el día a día que ha permitido que miles de personas hoy puedan incluir el chino en su currículum son ellos, no yo. La prensa me ha situado en el centro de los elogios, pero eso es injusto. Ellos son en gran medida mucho más merecedores del reconocimiento por los éxitos de la empresa que yo mismo. El día que eso se me olvide estaré cometiendo un error. Todos ellos son mi ala izquierda y perderla significaría dejar de volar.
#88peldaños
Ten autoconfianza (ala derecha) para poder alcanzar el éxito.
Ten humildad (ala izquierda) para poder mantenerte en él.
@ANXO