ministro interior
Jorge Fernández Díaz, con el mazo dando
El ministro tiene la voz más sosa, aburrida e indiferente de todos los políticos a los que he analizado hasta ahora. Es una voz fatigada, la típica voz de un señor que ha gritado mucho. Tiene la costumbre de enfatizar con el puño y a veces golpea la mesa, los micrófonos, el atril. Será sin querer.