Según las investigaciones, siete políticos, incluido el presidente, cometieron crímenes de corrupción, lavado de dinero, fraude en licitaciones públicas y evasión de divisas.
Las desafortunadas declaraciones del Michel Temer, el presidente de Brasil, delatan su pensamiento machista. En su discurso por el Día Internacional de la Mujer, el político redujo a las mujeres al ámbito del hogar y el supermercado. Unas declaraciones que provocan la indignación de cualquiera que luche por la igualdad.
Cuarenta y tres congresistas demócratas han escrito al secretario de Estado, John Kerry, para expresar su "profunda preocupación por los recientes acontecimientos en Brasil, que amenazan las instituciones democráticas de ese país". Si esta es su respuesta, es equivalente a mostrarles el dedo de en medio.
Por primera vez desde la dictadura, más de dos décadas atrás, Brasil tiene un gobierno que es considerado de manera generalizada como ilegítimo, no solamente por la ciudadanía brasileña sino en gran parte del mundo. Su imagen está mancillada y se deteriora aún más cada semana, con escándalos crecientes que implican a las esferas más altas del gobierno.
Los brasileños no suelen ir al grano y tienden a evitar conflictos. Michel Temer, el presidente en funciones de Brasil, es exactamente así. Hay muchas historias sobre su temperamento. Una de ellas le valió el apodo que sigue aguantando hasta la fecha: mayordomo de película de terror.