Allá por el 2002, en EEUU, escuché que la esquizofrenia era "como el cajón desastre de la Psiquiatría, todo lo que no puede clasificarse cae dentro de ese cajón". A día de hoy, los avances neurocientíficos en el estudio de esta enfermedad y de sus síntomas iniciales nos permiten tener una mayor seguridad a la hora de realizar el diagnóstico.
Países como Guatemala o Nigeria, si quieren hoy exportar bananas o cacao, deben estar dentro de la OMC, y con ello pasar por las horcas caudinas de respetar las patentes, a pesar de que eso conduzca a tener medicamentos con precios inaccesibles, una lacra que sufre, por esta y otras causas, un tercio de la población mundial, 2.000 millones de personas.
El derecho a disponer de los medicamentos existentes a un precio justo es una demanda tradicional de los países en vías de desarrollo y está -al menos parcialmente- camino de conseguirse por tres vías complementarias, pero diferentes.
Las inversiones de Estados Unidos en salud mundial hacen que estemos más seguros y promueven nuestros valores. Todas las naciones deben invertir en salud. Es una de las formas más claras de construir ese mundo más seguro y justo que todos queremos.