"A Dios rogando y con el mazo dando", por Marta Flich
Hubo un tiempo, aunque os parezca imposible, en el que la religión y la política iban de la mano. También en España. Religión y Estado como algo indisociable. Este hecho objetivamente siempre ha coincidido con la mayor o menor alfabetización o nivel cultural de la población. Mayor posibilidad de manipulación cuanto menos recursos intelectuales tiene la población debido que no se invertía en herramientas públicas que democratizaran el aprendizaje y por tanto la reflexión y la sabiduría. Una herramienta mágica llamada educación pública. El Estado, la dictadura o el movimiento populista de turno, se vinculaba a la institución que representaba la religión. Esto es muy diferente a creer en el Dios que a cada uno le de la gana. Estoy hablando de otro concepto. Aquí no hay opinión, es una descripción. La instrumentalización de la religión en la política no es altruista. Ni en una dirección ni en otra. Por Marta Flich.