Hace once años de un crimen que estremeció a España y lo sigue haciendo: porque no hay tumba en la que poner flores, porque hay siete versiones del asesino, porque la herida sigue abierta.
"Estas muertes nunca podrán evitarse, pero si dejáis asesinos sueltos, el porcentaje de que se repitan estos hechos se dispara", dice sobre el caso de Laura Luelmo.
"Cuando los padres de Diana Quer, de Marta del Castilla o de Gabriel no agitan a ninguna gente, no piden venganza y piden dejar trabajar a la justicia es cuando se mantiene la civilización".