No sé dónde ni cuándo leí que los personajes ilustres son siempre identificados por su apellido. Aún más restringido es el círculo de artistas a quienes sólo conocemos por el nombre. Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos. Para mí, uno de ellos es Gonzalo Suárez, un nombre propio que se ha abierto un hueco en la historia del cine.