Si tuviera una escuela no la llamaría Vértice, la llamaría Recíproca; no la llamaría Objetivo, la llamaría Subjetivo; no la llamaría Poliedro, la llamaría Metáfora o Deseo. No la llamaría Airbnb, pero haría lo que Airbnb hace: abrir los espacios privados, y hasta íntimos, para que lleguen otros, de fuera, y nos enriquezcamos recíprocamente las vidas.