Aspiran a ser la cuarta fuerza en el Parlamento, con un ascenso de cinco escaños: la movilización en la calle contra el cambio climático aún no cristaliza en votos.
La derecha calienta motores, mientras quedan votantes huérfanos del PSOE y Podemos que buscan una opción progresista y verde, pero está tan verde que no aparece.