Cataluña vive en los pasillos del Parlamento Europeo pero no se cuela en la agenda oficial
Dos semanas después de conocerse el fallo del "procés", el eco de las manifestaciones resuena fuerte en Europa pero no llega al Pleno.
ESTRASBURGO-.“La cuestión catalana es algo interno, de carácter nacional y por el momento, el resto de Estados Miembros no consideran oportuno entrar”, aseguran fuentes del Parlamento Europeo.
Pese a la versión oficial, la realidad es que las reuniones de grupo extraoficiales para abordar el tema se están dando y en los pasillos del PE hay debate.
El ejemplo más significativo se vivió durante el último Pleno en Estrasburgo. La agenda cargada de asuntos y marcada por el eterno Brexit que mina, cada vez más, no sólo la moral británica sino también la de la gran mayoría de la Eurocámara, y en el orden del día desde la despedida de la Comisión Juncker hasta la dramática ofensiva turca en Siria, pasando por la quiebra de Thomas Cook y la frustrada adhesión de Albania y Macedonia del Norte a la UE. Cataluña se queda fuera.
Fueron ‘Los Verdes’ quienes advirtieron que la intención del grupo -presidido por Philippe Lamberts y en el que se integra ERC- era llevar al hemiciclo la situación catalana, alegando la pertinencia de la materia dada la relevancia de los disturbios, cargas policiales y “ferviente tensión” que se estaba viviendo en la región. “Esta crisis hace referencia a un problema político que como tal, debe solucionarse con política y no por la vía de los tribunales o las represiones violentas”, insistía Lamberts.
La cuestión, sin embargo, se quedó en la rueda de prensa inicial, ya que tras ser sometida a votación fue rechazada su inclusión en la agenda con 229 votos en contra y 118 a favor.
Javier Moreno, presidente de la delegación socialista española en el PE, se desmarcaba de la propuesta y manifestaba posteriormente que era necesario rebajar la tensión y no avivarla con un debate estéril. “España es una democracia moderna, consolidada y transparente en la que nadie está por encima de la ley”, sostenía.
En la misma línea la Portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, recalcaba que la decisión de no celebrar un foro sobre la situación en Cataluña era una victoria para los demócratas y una derrota para el nacionalismo. “Los catalanes estamos sufriendo un tsunami de odio, destrucción y violencia en nuestras calles. El nacionalismo es el veneno de Europa, el verdugo, y los catalanes somos las víctimas”, añadía mientras acusaba al presidente del Gobierno catalán, Quim Torra, de “jalear a los radicales en las calles”.
“A día de hoy apreciamos un menor interés por parte de la Eurocámara sobre esta materia, la intranquilidad de los diputados está quizá ligada a lo que podríamos denominar “un fenómeno de época” que deriva en disturbios violentos, como los “chalecos amarillos” o las protestas en Chile. Existe incertidumbre por el hecho de que estas manifestaciones se canalicen de forma violenta y pongan en riesgo la convivencia”, explica la eurodiputada de Ciudadanos Maite Pagazaurtundúa a ElHuffpost, quien señala que en 2017 la preocupación por Cataluña en las instituciones fue más evidente. A pesar de ello, apunta, Europa marcó un claro mensaje de apoyo al Estado democrático español con la asistencia de Antonio Tajani, entonces presidente del Parlamento Europeo, Donald Tusk, presidente del Consejo y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, a los ‘Premios Príncipe de Asturias’ en medio de la tensión que se vivía en aquel momento. “La desinformación caló más ese año y nos obligó a dar más explicaciones”, añade.
Sin embargo, lo cierto es que pese a la imagen que intenta proyectarse –la situación en Cataluña no preocupa “tanto” a nivel internacional–, hay inquietud. Los liberales demócratas del grupo ‘Renew Europe’, se han reunido a puerta cerrada para tratar el tema, y fuentes del mismo revelan que estos días es la tónica habitual.
Que el asunto se cuele de una u otra forma no es de extrañar teniendo en cuenta que el propio Carles Puigdemont se plantó a las puertas del Parlamento en Bruselas hace apenas dos semanas, tras conocerse la sentencia del “procés”.
Cualquiera que pasara por allí aquel lunes se encontraría al expresident haciendo un llamamiento a los eurodiputados -mientras sostenía un cartel en el que se leía: “Libertad para los líderes catalanes”-, y manifestándose en contra de la prohibición que el PE le ha impuesto al reactivarse la euroorden que pesa sobre él. Decisión que según han explicado, se enmarca dentro de “la cooperación entre Estados miembros e instituciones europeas”.
Estos movimientos no pasan desapercibidos para Europa e incluso en el seno del grupo ‘Alianza de Socialistas y Demócratas’ -presidido en la actualidad por Iratxe García- existe división en relación a la cuestión catalana. La eurodiputada belga Kathleen Van Brempt, lanzaba recientemente un mensaje contundente en su red social: “España es un Estado constitucional. Pero eso no significa que no pueda haber problemas con el sistema legal. También debemos atrevernos a hablar de eso a nivel europeo. Además, la violencia policial en Cataluña es inaceptable”.
Unas declaraciones a las que se refería posteriormente la presidenta del grupo insistiendo en que la posición de todos los partidos constitucionalistas sobre este asunto es “prácticamente unánime”, e intentando quitar hierro a las diferencias internas.
“España es un Estado democrático fuerte y con garantías, en el que prima el respeto a las decisiones judiciales porque existe separación de poderes. No es posible generar un debate político sobre una sentencia judicial”, respondía García a los medios, apostillando que las conversaciones necesarias entre miembros se llevarían a cabo de puertas adentro.
El Parlamento sí se pronunció en 2017
El 4 de octubre de 2017, tras el referéndum en Cataluña, el Parlamento Europeo sí celebró un debate sin resolución bajo el nombre “Estado de Derecho, Constitución y Derechos Fundamentales en España, a la vista de los acontecimientos en Cataluña” que fue planteado también por ‘Los Verdes’ para tratar la respuesta policial ante los hechos ocurridos el 1-O.
El vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, se pronunciaba en aquel momento con escaso éxito, instando a los involucrados a mantener un diálogo que, todavía a día de hoy, sigue congelado.
Timmermans reiteró su oposición a la postura independentista señalando que el respeto a la ley no es “algo opcional, sino fundamental”, pero sí se mostró a favor de contemplar una posible reforma constitucional, alentando a las partes a trabajar para buscar soluciones legítimas, dentro de la legalidad.
En esta ocasión, tras el rechazo de los grupos a incluir el asunto en la sesión plenaria, ‘Los Verdes’ convocaban de nuevo este miércoles una nueva rueda de prensa bajo el título: “La situación política en España,” que ha contado con ponentes de Irlanda, País Vasco y Gales y cuyo mensaje era claro: Apoyar al independentismo catalán y denunciar “la presión que ciertos grupos están ejerciendo para evitar que el tema se trate en las instituciones europeas”. “No estáis solos, desde aquí vamos a visibilizarlo y condenarlo” ha asegurado François Alfonsi.
Mientras todo esto sucede, a 1000 km de Estrasburgo, y a la espera de que Sánchez descuelgue el teléfono, la política se teatraliza (con humor): Quins collons.