Tenemos derecho al mejor Gobierno y eso requiere que quienes lo integren posean equipajes intelectuales complementarios, diversos, mutuamente enriquecedores. Exijamos pues que el próximo Gobierno de España no sea más un monopolio de letrados, que quienes en él se sienten beban de la herencia de Newton o Cajal tanto como de la de Cervantes o Tocqueville.