El Gobierno alega que la prohibición generalizada no ha frenado el consumo de cannabis, así que ahora pretende combatir el tráfico en el mercado negro.
No se trata de una medida que abra la puerta a las drogas, aunque muchos se empeñen en ridiculizar así un movimiento que supondría enormes beneficios para la economía, la salud y la industria.