La Presidencia española ha sido preparada a conciencia, con la veteranía de un estado miembro de dilatada experiencia, contrastado europeísmo y probada capacidad de organización.
De lo que se trata, ahora, es de ampliar su competencia para incluir todos los tipos de vulneraciones de las medidas restrictivas de la UE contra Rusia.
Las tres derechas -en rigor, la derecha española, en esto la peor de Europa- han quebrantado, una por una, más allá de lo insufrible, todas y cada una de las reglas de corrección en su comportamiento en la UE ante cuestiones nacionales y de interés de España.
En la recta final de la campaña, el PP ha traspasado todos los límites hasta ahora concebibles al acusar un “pucherazo” sin prueba ni base indiciaria alguna.
Cualquiera que sea la distancia entre EEUU y la UE, ambos debemos de ser capaces de recorrer juntos, esa 'extra mile', en la dirección del encuentro hacia el otro
Es un principio asumido en el que, ante estos retos epocales, la UE debe apresurar también su determinación de adquirir la estatura de un actor global.
Insoportable contradicción la de quien recurre a decretos de emergencia con suspensión por seis meses de las reglas europeas, y al mismo tiempo torpedea y vota contra los trabajos que el PE viene impulsando.
La preocupación esencial del Parlamento Europeo ha sido la de prevenir las situaciones de vulnerabilidad (mujeres y niños, sobre todo) expuestas a la voracidad sin escrúpulos de las redes de trata.
Es un hecho ciertamente indiscutible que, como resultado de su agresividad, tanto Finlandia como Suecia (históricamente “neutrales”) han decidido su ingreso en la Alianza.
Baste aquí la reseña de la perplejidad que ha suscitado en la UE la moción de censura de Vox, y a todo lo largo y ancho de la representación del pluralismo político supranacional que legitima y vertebra al Parlamento Europeo.
Para achicar espacios de impunidad a quienes pretendan eludir su responsabilidad penal traspasando fronteras en busca de jurisdicciones favorables, cuando no de conveniencia.
La violencia criminal de esta guerra de Putin —prolongada, insufrible e interminable—, con tantas víctimas civiles en la frontera de Europa, describe un punto paroxístico contra la legalidad internacional, los valores de la UE y la gobernanza global.